La sepsis que fulminó al Fiscal General del Estado es tan terrible que puede matar rápidamente a un individuo previamente sano. Un artículo del doctor Juan José Granizo
Si usted cree que la Madre Naturaleza es perfecta es que no conoce a la sepsis: esa enfermedad que se ha convertido en noticia con motivo de la inesperada y fulminante muerte del Fiscal General del Estado José Manuel Maza.
Precisamente, esa es una de las características de la sepsis: la rapidez con la que puede matar a un individuo previamente sano. Este rasgo es todavía más desconcertante cuando la víctima es un niño que por la mañana rebosaba de vitalidad, a la hora de comer estaba “enfermo” y antes de medianoche era cadáver.
Unas 50.000 personas sufren una sepsis en España cada año, de las que fallecen 17.000. Una proporción importante de supervivientes queda con secuelas que pueden ser graves.
Sabemos que con un tratamiento adecuado aplicado en la primera hora tras la llegada a urgencias, la mortalidad es del 10%, pero cuando éste se retrasa 12 horas solo sobreviven un 20% de los pacientes.
Por eso es fundamental que el médico sospeche que está frente a una sepsis. En esa línea, los hospitales de la Comunidad de Madrid están desarrollando un programa de detección y tratamiento precoz de la sepsis denominado “Código Sepsis”.
Sabemos que la sepsis es más frecuente en niños (y tanto más frecuente cuanto más pequeños son), ancianos, personas con alteraciones de la inmunidad, pacientes operados y con enfermedades de base, pero también puede ocurrir en personas previamente sanas.
Aunque el tratamiento de que disponemos a base de antibióticos de amplio espectro, fluidos intravenosos en altas cantidades y medidas de apoyo es eficaz, lo cierto es que la comprensión de los mecanismos celulares y moleculares de este síndrome todavía deja mucho que desear.
Pero, ¿qué es la sepsis para que la considere un error de la naturaleza…?
Actualmente la sepsis es definida como una respuesta disfuncional del organismo a una infección.
Lo lógico, lo que ocurre normalmente, es que el organismo responde de manera organizada para resolver la infección, pero en el caso de la sepsis esta respuesta ocasiona una cascada de sucesos que dañan rápidamente órganos vitales hasta ocasionar la muerte.
Hace unos años pensábamos que la sepsis era una respuesta inflamatoria excesiva del organismo a la infección, pero lo cierto es que el problema es mucho más complejo: se activan sistemas de inflamación, pero también otros que bloquean a los anteriores y para complicar más las cosas se ponen en marcha los mecanismos de la coagulación y otras reacciones endocrinológicas, neurológicas, metabólicas y vasculares….
Por si fuera poco, esta respuesta parece que depende de la edad, de la fuente de la infección, de la bacteria causante, de la patología de base del paciente y seguramente de determinados factores genéticos que solo ahora empezamos a vislumbrar.
El resultado final es el “suicidio” del propio organismo, ya que esta respuesta en lugar en resolver la infección, resulta fatal y solo consigue dañar, uno a uno, todos los órganos vitales, hasta que se produce lo inevitable.
Absurdamente fatal.
Juan J. Granizo, Doctor en Medicina, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública