Cataluña intentará hoy proclamarse República Independiente por séptima vez y la intentona terminará igual que las veces anteriores. Un artículo de Joaquín de la Santa Cinta
Hoy se producirá el enésimo intento de proclamación de una República Independiente de España que puede hacernos repetir la historia desde, al menos, 1641.
Es curioso que la historiografía de los separatistas catalanes empiece con la toma de Barcelona por las tropas del Rey Felipe V, 9 de septiembre de 1714, en el contexto de una Guerra Europea que tenía como objetivo la lucha por el Trono de España entre dos potentes dinastías europeas, los Borbones franceses y los Habsburgo austriacos, después de la muerte sin sucesión del último Rey español Carlos II, olvidándose de los hechos sucedidos 73 años antes cuando, durante cinco días entre el 17 de enero al 23 del mismo mes de 1641, el Presidente de la Generalidad, Pau Claris, proclamara la República Catalana.
Al final de los 5 días tuvo que nombrar Conde de Barcelona a Luis XIII de Francia poniendo el Principado bajo la soberanía francesa.
Once años más tarde, la presencia del hambre, la peste y la promesa de Felipe IV de respetar las instituciones supusieron la vuelta voluntaria del Principado a la soberanía española.
Este primer intento se acabó con la perdida de los territorios históricos catalanes al norte de los Pirineos, el condado del Rosellón y la parte norte de la Cerdaña, por la Paz de los Pirineos en 1659 con la que se terminó la guerra entre ambos reinos.
Buen intento de independencia que dura cinco días, y de entrega del Condado a Francia que duró 18 años, pero que tiene que volver al origen voluntariamente por el desastre económico a que se había llegado en Cataluña bajo la bota francesa y con el respaldo de una simple promesa.
El intento tuvo tanto éxito que se pierde la parte del territorio catalán situado al norte de los Pirineos. Menos mal que no hubo más intentos hasta el 1934, si no se acaba trasladando la frontera francesa al Ebro, por cierto, un objetivo muy deseado por los gobernantes galos a lo largo de la historia.
Dentro de los despropósitos, entre ambas fechas, podemos contar los siguientes conatos:
- 1712, en el contexto de la Guerra de Sucesión española, alguien propuso la creación de una república catalana bajo la protección del Reino Unido de la Gran Bretaña. Obviamente tan estúpida idea no se llevó a cabo.
- 1793, dentro de las Guerra de la 1ª Convención contra la reciente República Francesa, también llamada Guerra del Rosellón, algunos pensaron hacer la misma tontería que en 1641, es decir, declarar a Cataluña “independiente”, república hermana o estado satélite de la Primera República Francesa al estilo de la creada República Bátava en los territorios de los Países Bajos. El intento no prosperó.
- En plena Guerra de la independencia española, entre los años 1810 y 1814, Napoleón desplazó la frontera con Francia desde los Pirineos hasta el Ebro, anexionando Cataluña, y nombrando un gobernador del Principado a uno de sus generales. Obviamente duró hasta que las tropas aliadas expulsaron a los franceses de España después de la victoria de la Batalla de Vitoria, en junio de 1813.
- Durante la I República Española, desde el 11 de febrero de 1873 y el 29 de diciembre de 1874, y dentro del Proyecto, no nato, de Constitución Española de 1873 donde se declaraba España como un estado federal compuesto de estados entre los cuales estaba, con otros 17 más, el estado catalán.
En el mes de marzo se proclamó el Estado Catalán del que Baldomer Lostau sería el presidente provisional. Duró hasta el 8 junio cuando se proclamó la República Federal Española que lo integraba. Lostau dimitió a causa de la crisis económica y la división interna en su propio partido.
Otro intento fallido, quizás presagio de lo que puede ocurrir ahora: división entre los catalanes, crisis económica por la salida de las instituciones europeas, por la pérdida del mercado español, por la deuda, por las pensiones, etc.
En el siglo pasado hubo otros dos intentos: en 1931 y en 1934, ambos en el contexto de la II República Española y aprovechando momentos de crisis en las instituciones republicanas. Vamos, como ahora, que se aprovecha la crisis económica mundial.
En las elecciones del día municipales del 12 de Abril de 1931 mostraron un arrollador triunfo en Cataluña del partido Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), el mismo partido que actualmente lidera Oriol Junquera y que es parte de Junts pel Si, la candidatura ganadora en los últimos comicios autonómicos del 27 de Septiembre.
A mediodía del 14 de abril, uno de los líderes de ERC salió al balcón del Ayuntamiento de Barcelona, en la Plaza de Sant Jaume, para proclamar la República Española e izar la bandera republicana, poco después, desde el mismo balcón, el líder de ERC, Francesc Maciá, se dirigió a la multitud concentrada en la plaza para proclamar, en nombre del pueblo de Cataluña “el Estado Catalán, que con toda cordialidad procuraremos integrar en la Federación de Repúblicas Ibéricas”. Horas antes se había proclamado, desde el balcón de la Dirección de Seguridad en la Puerta del Sol de Madrid, la II República Española.
Esa misma tarde, ya desde el balcón de la Diputación de Barcelona, actual Palacio de la Generalitat situado en la misma plaza de Sant Jaume, el mismo Macià proclamaba el nuevo “Estat Catalá” bajo la forma de una República Catalana y pedía a los otros pueblos de España su colaboración para crear una Federación Ibérica.
Esta proclamación preocupaba al gobierno provisional republicano que estaba recién formado, la situación era muy delicada y comprometida estando el país inmerso en un cambio de Régimen, por lo que, el día 17 de Abril, envió en avión a tres ministros a negociar (¿igual que ha ocurrido ahora?).
Después de tensas negociaciones se llegó a un acuerdo, el consejo formado en Barcelona renunciaba a la República Catalana a cambio del compromiso del Gobierno Provisional de la República de presentar a las cortes Constituyentes el Estatuto de Autonomía (como el de otros territorios que así lo desearan) y del reconocimiento del gobierno catalán que pasaría a llamarse Gobierno de la Generalidad de Cataluña.
El conflicto se resolvió negociando ambas partes, cediendo cada uno en sus posiciones y por medio de la acción política. La situación actual es mucho mejor que en la que se encontraba el gobierno provisional republicano, pero ambas partes razonablemente llegaron a un acuerdo satisfactorio, eso sí, ambos fueron políticos y negociaron, no como ahora que no existe interés en negociar por muchas veces que los responsables lo expresen. La Real Academia de la Lengua en la segunda acepción define a negociar como: “Tratar asuntos públicos o privados procurando su mejor logro”. Obviamente no se está aplicando en la situación actual.
El último intento, antes del actual, fue protagonizado por el presidente de la Generalidad Lluis Companys, de ERC, el 6 de Octubre de 1934 proclamando el Estado Catalán dentro de la República Federal Española aprovechando, una vez más, un periodo convulso del gobierno de la II República.
Las elecciones del 19 de noviembre de 1933, segundas elecciones generales de la II República, fueron ganadas a los conservadores, la CEDA de José María Gil- Robles obtuvo casi 120 escaños.
En la sesión de Cortes del 1 de octubre de 1934, la CEDA retiró su confianza en el gobierno del Partido Republicano Liberal, exigiendo la participación en el que se formara a continuación.
El día 4, Alejandro Lerroux formaba un nuevo gobierno con algunos miembros de la CEDA. Inmediatamente los socialistas declaraban una huelga general revolucionaria en toda España para el día 5. El día 6 el gobierno de Lerroux declaró el estado de guerra en toda España.
En Barcelona, la Alianza Obrera de Cataluña declaró la huelga general que, a pesar de no contar con el apoyo de la CNT, paralizó Barcelona.
El consejero de gobernación, Dencás, ordenó detener a algunos anarquistas a pasar que las fuerzas de orden público de que disponía eran muy limitadas.
El 6 de octubre la Alianza Obrera organizó una manifestación pidiendo la República Catalana.
Aproximadamente las 8 de la tarde, Lluis Companys a pareció en el balcón de la Generalitat proclamando el Estado Catalán dentro de la República Federal Española.
Acabado su discurso en la plaza de Sant Jaume, Companys se puso en contacto con el Capitán General de Cataluña y Jefe de la IV División Orgánica del Ejército con sede en Barcelona, el General Domingo Batet.
Batet era un catalán moderado al que el presidente de la Generalidad le pidió que se pusiera a sus órdenes para servir a la República Federal que acababa de proclamar.
El general se puso en contacto con el jefe de los Mozos de Escuadra, Enrique Pérez Farrás, para que se presentara en Capitanía y se pusiera a sus órdenes. Este se negó diciéndole que solo obedecía al presidente de la Generalidad.
A continuación, Batet hablo con el presidente del Consejo de Ministros, Lerroux, y, siguiendo sus órdenes, proclamó el estado de guerra aplicando la Ley de Orden Público de 1933.
Al anochecer de ese día 6, aparecieron barricadas en las principales calles de Barcelona y se dispusieron las defensas de los edificios públicos por parte de los sediciosos.
Sobre las once de la noche, una campaña de infantería y una batería de artillería llegaron a las Ramblas y, cuando el capitán se dispuso a leer el bando de proclamación del estado de guerra, dispararon sobre la tropa con el resultado de un sargento muerto y siete militares heridos. La respuesta fue un bombardeo de la artillería sobre el local desde donde se produjeron los disparos con 7 muertos y la rendición del resto de los atacantes.
Unas horas antes la plaza de Sant Jaume había sido ocupada por una campaña de artillería que informó al jefe de los mozos de que tenía orden de ocupar ambos edificios. Tras un pequeño intercambio de disparos, los mozos se retiraron al Ayuntamiento, mientras los militares fueron reforzados por una compañía de ametralladoras.
Batet, a pesar de tener órdenes de atacar, sabiendo que tenía la situación controlada, dejó pasar el tiempo y madurar, en su salsa, a los rebeldes sitiados.
A las 7 de la mañana del día 7 de octubre, las tropas entraron en el Palacio de la Generalidad deteniendo a Lluis Companys y a todo su gobierno.
Así terminó, el último intento de crear la República Catalana dentro de la República Federal Española, durando menos de un día y costó cuarenta y seis personas muertas entre civiles y militares.
Más de trescientos años desde el primer intentos, a cual más desastroso, con una duración máxima de “independencia” de 5 días, debería ser suficiente para aprender de la experiencia, pero ya se sabe, el hombre es el único animal que tropieza con la misma piedra.
Además, ahora estaos como en 1641, es la primera y única vez desde entonces que se pretende declaran una República Independiente, las otras veces, salvo la primera, fueron simples proyectos a declaraciones de repúblicas dentro de la República Federal Española.
Joaquín de la Santa Cinta, Ingeniero aeronáutico, economista e historiador