Los errores de Yolanda Estrada y los estómagos agradecidos fueron los que le dieron el triunfo a Enrique Ruiz Escudero en el PP de Pozuelo. Veremos el apoyo real de vecinos que tendrá
Y se cumplieron las previsiones. Mira que se lo dije a mi compañera…. Pero las previsiones eran mucho más ambiciosas para el clan Ruiz Escudero, Susana Pérez Quislant y Paloma Adrados (Pablo Gil). Y ni que decir tiene para el gran padrino de esta operación pepera en Pozuelo, el todopoderoso Ángel Garrido.
Enrique ganó y Estrada perdió. Pero, ¿quién ha ganado realmente y quien ha perdido?
Sebastián estaba contento. Aunque muy molesto por la cantidad de llamadas de la hermanísima. En esta ocasión, no de la ex concejala Isabel González, la hermana de Ignacio González (madrina de Enrique en el PP). No. La hermanísima es ni más ni menos que la nueva “jeta” del gobierno municipal. La que se lleva ayudas municipales que ella misma aprueba con su voto, y que dice que no hay un problema en Pozuelo para que los jóvenes vivan en mi pueblo. La misma que no sabe nada cuando interviene en los Plenos. La que se “pilla” tantos meses de baja y le importamos un “pimiento”. Esa. La concejala que usa a su marido para ocultar que ella se lleva la pasta de todos los pozueleros.
Recordaba con Sebastián el tema de los concejales del PSOE, Ciudadanos y Podemos que pidieron una vivienda social. Esta Alcaldesa acabada sacó la noticia en medios a nivel nacional. Si aquello fue un escándalo, esto, ¿cómo se llama?
Sebastián me contaba que la hermanísima no tiene escrúpulos ni vergüenza. Que él se quitó de en medio a toda la tropa de Enrique porque le llamaron tres o cuatro veces. Y que tenían la cara de preguntarle si le iba a votar.
Sebastián se reía, porque me dijo: “Siempre les dije que sí. Que por supuesto”. Es más, me contó que en una llamada preguntó por Estrada y que quien le respondió era alguien absolutamente fuera de lo ético y lo constitucional. Se mordió la lengua. Y ese día, me dijo, “comprendí que esta gente es lo peor para el PP de Pozuelo. Pero ganarán”.
El marido de mi prima me dijo también que disfrutó en el recuento de votos. Al principio, me contó, que Yolanda no tenía ni un voto y que un grupo absolutamente desconocido para él, sentado al fondo de la sede, se reían y hacían comentarios jocosos. “Nunca los había visto en mi vida, Sira. Y mira que llevo años en el PP. Parecían recién aterrizados en Pozuelo”.
“Pero pronto, continuó diciéndome, empezó a sonar el nombre de la Estrada. Alguien me dijo que los primeros votos se debieron al último tirón de la hermanísima. Por eso eran todos de Enrique. Y el resultado final fue simple. Ni siquiera consiguieron doblar a Yolanda. A la que iban a arrasar. Superó la barrera del 100”.
Una chica más operada que Cher, al parecer, le dijo a Sebastián, con todo su glamour, “a ver si llega a tener los votos de sus avales”. Sebastián temió que se le saltara algún punto al sonreír. Yo le dije que era un exagerado. Pero me dijo…” Sira, créeme, menuda gente ha traído Enrique”.
Y así fue. Yolanda Estrada movió más de 100 votos. 107 para ser exactos. Votos de afiliados del PP de Pozuelo. Que la eligieron sin más. Quizás por su programa, quizás por su campaña o quizás porque se le nota que le gusta el PP y lo siente.
Paqui, Mayte y yo vimos el acto de Yolanda en directo por Facebook. Jamás la había visto en acción. Y, sinceramente, me gustó. Tiene raza. Lo siente. Y aguantó una hora y media en directo. Eso, ¿quién lo hace? Enrique no fue capaz ni de responder en público. Pero mientras el uno estaba rodeado de lo más mediocre y malo de la política del PP en Pozuelo, la otra tenía algunas personas de su equipo que realmente parece que tienen mucho que ofrecer.
Paqui me dijo que Yolanda cometió un error. “Contar con Tabernero”. Ese chico no le iba a sumar nada y, al contrario, le iba a restar votos. Eso ya se lo dije yo, le respondí. Pero ella me dijo que defiende a su gente.
Otro error fue, sin duda, proponer limitación de mandatos o que no vengan forasteros. ¿Cuántos votos se ha llevado Enrique para que esa propuesta no saliera? Según cálculos del Capi y Sebastián. Rondarán los 80.
Otro error. Fue hablar de la realidad de las afiliaciones. Esas que traspasaron la Alcaldesa y los jóvenes de los “barbudos”. O hablar de las “compras de voluntades”. Cuantos votos pudo haberse llevado Enrique entre todo este barullo? Quizás 100. Alguno puede que se solape con el anterior. Pero pocos me dicen.
Otro error, sin duda, fue confiar en Pablo Gil y Félix Alba y en su conciencia. Yolanda no se dio cuenta jamás de que su supervivencia y la cobardía les iba a dejar detrás. Muy atrás. Estos aportaron a Enrique en torno a 40 votos.
Y, sin duda, el gran error de Yolanda Estrada fue creer en el mensaje de este nuevo PP. Por mucho que le tiré, en su día de la lengua, no hubo manera. Ella me dijo que ya estaba bien. Que hasta le han dicho que Sira es ella. “Ojiplática” y me reí con Paqui y Mayte.
Yolanda cometió demasiados errores. Pero acertó en algo. Es y será el talón de Aquiles de Enrique. Nunca llegará Enrique a conseguir lo que Estrada consiguió el sábado. Nunca. Porque todos sabemos que sin red, sin sueldos, sin protección, sin contraprestaciones, sin promesas y sin juego sucio, nunca, nunca, Ruiz Escudero hubiera llegado a ser presidente del PP de Pozuelo. Solo por esos 25 afiliados que sorprendieron a todos el sábado. Los palmeros de Enrique destacan. Pero lo mismo le aplauden en el PP, que en el PADE, que en sus negocios. Da igual.
Y ahora hagamos cuentas. A ver si os dan los 206 votos de Enrique. Creo que salen más. A mí Estrada me calculó unos 260. Y ella unos 60-80. Se equivocó.
Demasiados errores también le dieron 107 a Yolanda. ¿Que hubiera sucedido si la disputa hubiera sido en igualdad de condiciones? ¿Si no hubiera habido presiones? ¿Si la libertad y buena política hubiera ganado?
Sebastián, mi prima y yo lo tenemos claro. Yolanda hubiera arrasado.
Pero esta es la miseria de la política. No siempre ganan los buenos. Y al final, en contra de lo que ha escrito mi compañera de columna Yolanda, el PP de Pozuelo ha perdido. Ni habrá unidad, porque el equipo de Enrique está formado en una guerra sucia. Ni cambiará nada porque todos necesitan continuar. Y, ¿cómo van a dejar hablar a las bases?, ¿cómo van a dar la razón a Estrada que todo está hecho unos zorros?
Veremos el apoyo de los vecinos.
Sira Q.
1º Enrique sin los votos institucionales, posiblemente, habría empatado o perdido.
2º Efectivamente Yolanda ha cometido un importante error con alguno de los miembros de su lista. Y eso le ha restado.
3º De Yolanda es reprochable su anterior etapa en el Ayuntamiento, pero es verdad que lo vive, que se esfuerza, que trabaja, que la gusta mandar, que tiene carácter,…Enrique es lo más parecido a Rajoy, un pan sin sal.
Y 4º Las palmeras y palmeros de Enrique de NNGG y de otros lados, operadas y sin operar, rebotadas y rebotados, mucho cuidado, le pueden costar muy caro en muchos sentidos de la vida.
Muchas gracias por su participación y puntualizaciones. Saludos
Querida SIRA. Como siempre, y lo sabes, respeto tu opinión. Y sabes que a veces la he compartido. Pero tengo que romper una lanza a favor de todo mi equipo. También de Manolo. Un error hubiera sido que no hubieran creido en el proyecto que les expuse. Pero en mi caso, todos apostaron por el. Y todos han dado lo mejor de sí mismos. No fue un error. Créeme. Y si lo fue para ti, te seguro que valió la pena… jajaja.
Por otro lado, me gustaría responder a Luis sobre su comentario. Que también respeto. Pero no comparto en algunos aspectos. No se queda tiene de reprochable mi etapa en el Ayuntamiento de Pozuelo. Creo que debemos tener cuidado con las palabras que usamos, porque yo me siento orgullosa del trabajo realizado y no creo que haya recibido ningún reproche legal por ello. Creo. Salvo que Luis me corrija y me diga lo contrario. Es cierto que hacer cosas te pone ahí, en la picota. Pero en política uno debe estar para hacer. No para no hacer y mantenerse. Puedes gustar más o menos. Pero que lago sea reprochable es que has hecho algo contrario a la ley o a la moral. Y te aseguro Luis, que yo, al menos, no lo he hecho jamás.