La selección nacional de fútbol ha vuelto al mejor tiki-taka de su historia y algunos cargan contra el seleccionador Lopetegui por acordarse de Ángel Mª Villar… ¡País de locos!
Aún resuenan los ecos del Estadio Santiago Bernabéu en donde la selección española de futbol se tomó cumplida venganza de la eliminación de la Roja, en la última Eurocopa, ante Italia.
Julen Lopetegui camina con paso firme al frente del seleccionado español cuando ya suenan comentarios que piden su dimisión porque se trata de un seleccionador nombrado por Ángel María Villar, suspendido en sus funciones de Presidente de la Federación de Futbol durante un año por la supuesta red clientelar para comprar voluntades y actualmente en libertad con cargos después de pagar una fianza de 300.000 euros.
Lopetegui tuvo palabras de apoyo para Villar al finalizar el partido ante Italia.
El partido contra Italia fue uno de los más completos de la selección, tanto dentro como fuera del campo. Ver ese Bernabéu lleno a rebosar es una imagen difícil de olvidar. Y en el terreno de juego, un equipo que a mí me recordó los tiempos del tiki-taka, con un Isco en estado de gracia y con libertad de movimientos que hizo lo que quiso con cuanto jugador italiano se le ponía por delante.
Lopetegui siempre apostó por el centro campista madridista. En el haber de Isco, 21 partidos jugados y cinco goles marcados. Sólo ha faltado a una cita y por lesión.
El buen caminar de la Selección española de fútbol contrasta con la situación en la Federación. Los actuales dirigentes no terminan de ponerse de acuerdo para salvar la situación creada tras la detención y posterior puesta en libertad de Ángel María Villar y su equipo. Villar, suspendido de sus funciones durante un año, proclama su inocencia, mientras que en la Federación tratan de hacerle dimitir para iniciar el proceso para elegir nuevo presidente.
Así las cosas, sigo sin entender cómo siendo elegido Presidente casi por unanimidad, los mismos que eligieron a Villar (sin respetar la presunción de inocencia) traten ahora de convencerle para que se vaya, digamos que por las buenas. Pienso que hay más de uno que tiene mucho que callar… y Villar lo sabe.
José Antonio Rosa