Stella McCartney fue la diseñadora del vestido de Garbiñe Muguruza en la victoria. En la gala vistió un vestido de Alexander McQueen comprado de Harrods (vídeo)
La modista Stella McCartney, segunda hija del exBeatle Paul McCartney y la activista por los derechos de los animales Linda, fue elegida para diseñar el exclusivo vestido de tenis para la marca deportiva Adidas, con el que la campeona de Wimbledon Garbiñe Muguruza deslumbró sobre la pista.
Un elegante vestido deportivo de color blanco que combinaba los estilos clásicos del tenis con las últimas innovaciones en calzado y prendas de vestir de alto rendimiento. Sin embargo, y a pesar de haber creado una gama de productos deportivos innovadores y femeninos para Adidas, la diseñadora británica cuenta con su propia colección de ropa en la que incluye todo tipo de prendas y complementos, desde vestidos de noche hasta sudaderas y camisetas.
Casada con Alasdhair Willis, actualmente diseñador de la firma Hunter, y madre de cuatro hijos, McCartney ha presentado sus colecciones en algunas de las pasarelas de mayor renombre dentro del mundo de la moda como París, Londres o Nueva York. Es considerada como una de las diseñadoras británicas más seguidas del momento y su firma no está enfocada únicamente a las altas esferas, sino que es apta para todos los bolsillos. Con vestidos desde 600 euros, actualmente en su página web el diseño más caro se podría adquirir por poco menos de 3.500 euros.
En el vestido de la gala, sin embargo, Garbiñe Muguruza no quiso dejar de brillar, en un hito de su carrera deportiva tan relevante como el que nos ocupa. Blanca y radiante, en un look de inspiración muy, pero que muy bridal, asistió a la cena de campeones de Wimbledon en el Guildhall.
Un estilismo ganador para una campeona compuesto por un vestido de Alexander McQueen, según hemos podido ver en su perfil de Instagram, que podría ser el vestido de ensueño de muchas novias futuras.
Blanco, de manga corta y escote de pico, destacan en él una cola sirena lo suficientemente corta como para dejar ver sus sandalias doradas, y por encima de todas las cosas, una decoración joya en forma de vergeles dorados que trepaban por el cuerpo del vestido. Un corte impecable que lucía acompañado de un clutch también dorado y joyas de Schwartz, y la melena suelta pulcramente ordenada en una raya lateral.
Lo mejor fue que lo compró ese mismo domingo por la tarde en los almacenes Harrods, sin embargo parecía hecho para ella.