Continuamos a bingo: La alcaldesa Quislant no se da por enterada de la crisis que le ha provocado la dirección regional y anuncia que seguirá hasta el final de la legislatura
La alcaldesa de Pozuelo Susana Pérez Quislant reunió ayer a todos sus concejales y, para acallar los rumores maledicentes, les dijo que ella se sentía apoyada por el partido regional y que, de dimitir, nada de nada. Continuamos a bingo.
Me cuentan que dijo más cosas en una perorata seria y distante y en la que lo mismo subía que bajaba de tono. Pero, en resumen, esto fue lo principal. No hubo intervenciones de nadie más. Señores, los pintores.
Y si ella dijo que se sentía apoyada por el partido no voy a ser yo el que diga lo contario.
Y si ella, tras ver como la dirección del partido llamaba a sus concejales, uno a uno, y le preguntaban por la situación política en Pozuelo, considera que eso significa sentirse apoyada, no voy a ser yo quien diga lo contrario.
Y si ella, tras ver la cara de sus concejales y sentir como la tensión y la presión se reflejaba en cada uno de ellos, dice que no pasa nada, no voy a ser yo quien diga lo contrario.
Y si sacar por la tarde un tuit, que tenía preparado de antemano, hablando del Debate sobre el estado del Municipio y diciendo que ahí empezaban dos nuevos años ya ha hecho borrón y cuenta nueva, tampoco seré yo quien diga lo contrario.
(Por cierto, “estado” se escribe con minúscula. Es del verbo “estar”. El estado al que se refiere no es el Estado español. Y es “sobre”, no “del”)
Es normal que lo dijera. Es normal que, ayer, intentara cerrar la crisis y tranquilizar a todos. Y es normal que intentase dar la sensación de que no pasaba nada. Es normal.
Pero no es oro todo lo que reluce. Y la alcaldesa lo sabe. Tenía que elegir y ha elegido. Ella es la alcaldesa y no es fácil contravenir y presionar a una alcaldesa. Aunque nadie me ha dicho que la presionasen, en su reunión con los dirigentes del PP regional ya que solo le sugirieron cosas con una diplomacia digna de un Cardenal del Renacimiento. Pero ella tiene la potestad de hacer lo que le convenga y ha optado por seguir. Está en su derecho.
(Se da la circunstancia paradójica de que a Susana nadie le puede quitar aquello que no ganó)
En cualquier caso, y no me extenderé mucho más porque no merece la pena, su situación política es muy débil aunque diga que se siente arropada por los dirigentes del partido. El tiempo da y quita razones.
Posiblemente, hoy, el Comité Ejecutivo del PP regional convoque elecciones en la Asamblea del PP (me han dicho que para septiembre) y ahí empezaremos a ver las consecuencias de esta crisis. Toda vez que Susana ha hecho todo lo posible por ganar su presidencia y, por otra parte, le han sugerido o, mejor, insinuado que no sería conveniente que se presentase…
Ayer hubo gente que me comentó que, con esas declaraciones a los concejales de su Gobierno, la alcaldesa de Pozuelo se echaba un farol. No lo sé. Y que el tuit no fue más que una contestación a la alternativa del diablo que le había planteado (sugerido o, mejor, insinuado) por parte de la dirección pero, como digo, la cosa tiene fecha de caducidad.
Es muy difícil sostener a un Gobierno desde la debilidad que da el hecho de saber que no será la nueva alcaldesa de Pozuelo dentro de dos años.
(Muchos concejales recordarán la situación de Gonzalo Aguado hace unos años)
Termino con una frase del Capitán Possuelo: Nihil violentum durábile. Lo decían los clásicos.
La Piraña del Meaques