Polvos y lodos en las capillas universitarias madrileñas
La ideología populista dominante en la actualidad identifica lo suyo con la realidad y todo lo que se salga de ella se encuentra fuera de la ley, al menos de la de ellos, revistiéndose del famoso: facha, franquista, fascistas…las tres F, que tienen en la boca y rememorando al perro de Paulov (¡no es un futbolista…!) emiten sin pestañear, ante cualquier invocación ajena a sus postulados.
Para llegar a tal grado de manipulación y fariseísmo es necesaria la cobertura de fuerzas propias y ajenas y políticos necesitados que en la procura de su salvación, nos hunden a todos y olvidan que, siempre, el “criminal “ vuelve al lugar del crimen, lo que en su caso significaría, acabar también con ellos.
Cuando Rita Maestre violentó la capilla de la Complutense y zafia e irrespetuosa ofendió a todas las personas que más allá de su credo político, si que respetan las creencias de los demás, más allá de compartirlas, el egregio arzobispo de Madrid, tras reflexión suficiente y charla amigable, vino a decir que fue una niñería y que…pelillos a la mar. Sigo, a día de hoy, Sr. Osoro, esperando sus disculpas a los feligreses allí concentrados, del sacerdote que llevaba a cabo la eucaristía…paciencia, resignación y mucha fe.
Como resultó divertido y la ¿justicia? en apelación – aunque parece que no ha acabado la historia- vino a decir que fue una travesura lo realizado por la Srta. Maestre y Cía…el año pasado profanaron la capilla de la Autónoma, como seguía siendo una chiquillada y todo el mundo ponía la otra mejilla (salvo el patriarca de los católicos y los límites a la libertad de expresión cuando a uno le nombran a la madre…Charlie Hebdo/París ) ahora han tratado de quemarla, bajo el lema : La iglesia que ilumina es la que arde.
Sin duda, la idea era purificadora ¡no podría ser de otra manera!, pero esa redención la tendrían que decidir los fieles, no los “quema curas “ actuales que nos salvarán de la Cruz y nos impondrán una hoz…para fijarnos en su yugo.
¿Cuál será el siguiente paso? ¿profanar la Almudena al grito que es del pueblo? De momento a una monja en Granada la han agredido, porque cuando no se defiende con la ley y la razón los valores de unos, hay otros que imponen los suyos con la razón de la fuerza y, de eso, en España, sabemos todos mucho.
En nuestro Pozuelo de cada día, me hubiese gustado que los mismos que propusieron con tanto acierto una Declaración Institucional contra la corrupción en la Comunidad de Madrid (¿se salvará alguien?) y rechazada por la maquinaria pepera, hubiesen planteado lo mismo contra el Ayto. de la capital por el tema del Mutua Madrid Open (seguramente, en esta ocasión apoyada por los azules). Sería la única manera que los ciudadanos, más allá de ideales políticos y esperanzas sociales considerásemos a la oposición punto de partida y oportunidad de encuentro para el futuro electoral que llega y que ya inicia su cuenta atrás. Me temo que nos quedaremos con las ganas.
Una vez más tenemos que seguir recordando que mientras se haga lo mismo, nada puede cambiar y sería bueno desempolvar aquella historia venida a cuento de la religión y la mejilla que muchos conoceréis :
Tras una ardua discusión sobre la fe, le propinó un puñetazo poderoso al creyente; tras levantarse del suelo por la violencia del impacto y frente al agresor le mostró la otra mejilla y cuando el impacto del segundo puñetazo acariciaba su faz lo esquivó, ágilmente y propinándole, al escéptico, un tortazo con todas sus fuerzas, arrojándolo dolorido sobre la calzada.
Cuando aturdido se levantó el gentil le comentó, entre sorprendido y quejumbroso: ¡vosotros habláis de poner la otra mejilla! ¿cómo me has golpeado de esta manera? A lo que el creyente, que no tonto, le respondió: nadie habló nunca de la segunda bofetada (sin duda más cerca de lo que defendió el papa Francisco que de la postura del arzobispo Osoro).
No digo yo que la violencia sea la solución, ni mucho menos, pero cuando se ceden derechos y se justifican las indignidades, es decir, cuando no se pisa la tierra, nada mejor que recordar a Churchill y parafraseando su famosa frase tras el indigno acuerdo de Münich con Chamberlain: seguirán las agresiones y tendremos que defendernos para ver de frenarlas.
Siempre nos quedará seguir caminando y esperar por la Justicia.
A. Nogueiro