Pedro Sánchez, conociendo la verdad, la ha negado y ha creado una realidad paralela, demagógica y peligrosa para que le voten: lo terminará pagando
Todos hemos negado la realidad alguna vez en nuestra vida. Quizá se trate de un mecanismo de defensa. Quizá sea la ignorancia. O quizá esa negación sea el resultado de una vida repleta de decisiones erróneas o situaciones dolorosas. No lo sé, sinceramente. Pero creo que todos, alguna vez en nuestra vida, nos hemos negado a admitir la realidad.
Sin embargo, hay quienes, en ese mecanismo de negación, encuentran su mayor beneficio. Y eso sí es reprochable.
Amigos, probablemente todos vosotros hayáis pasado algún momento de dolor que queráis negar. A mí también me pasó. Es un sentimiento. Y contra eso no se puede luchar, aunque luego la realidad sea abrumadora y solo cause dolor.
Pero esta actitud de negación personal a la realidad también puede extrapolarse a la política actual para desgracia de todos los demócratas de este país, que, gracias a Dios, somos millones. Y no 75.000 solamente.
Y, probablemente, alguien sacará gran rédito a esa negación política obstinada. La realidad terminará siendo aplastante. Y Pedro Sánchez, entonces, tendrá que responsabilizarse de sus actos.
El PSOE tiene un grave problema. Y muchos no lo quieren ver. Lo han diagnosticado. Lo han intentado tratar. Pero, no. El problema sigue ahí. PS ha vuelto.
Algunos pretenden responsabilizar a los 75.000 afiliados del PSOE la decisión que tomaron, legítimamente, eligiendo a Pedro Sánchez. Algunos pretenden que los votantes socialistas de su partido sean quienes asuman el más que probable final de la historia de un partido político de centro izquierda moderado y constitucional. Pero yo me niego a aceptar esta lectura.
Los afiliados, sean del partido que sean, siempre tendrán todo mi respeto y consideración. Ellos no fallan. Lo hacen sus dirigentes. Y voy a explicar por qué.
Los socialistas han respondido con su sentimiento. Un sentimiento agitado desde la irresponsabilidad, desde el interés personal de Pedro Sánchez. Han respondido a la llamada del victimismo de un político perdedor. Y ellos, con todos mis respetos, han creído esa realidad “pintada” desde las palabras demagógicas de un líder extremadamente radical.
Esos afiliados no son tontos. Como otros no lo fuimos en otros momentos de nuestra vida. Son personas que tienen derecho a sentir. Y a esos sentimientos se les ha agitado el odio, el rencor, la división y el victimismo. Por encima del sentimiento de unidad, moderación y responsabilidad.
España no es la realidad que pinta Pedro Sánchez. Y el PSOE tampoco debería ser el que él quiere “construir”. No, amigos. España responderá a esa elección interna en unas elecciones. Y responderá mostrando, una vez más y cuando toque, cuál es la cruda realidad.
Pero, como digo, los militantes socialistas no son culpables por sentir y elegir libremente. Les han lanzado un mensaje. Les han pintado una realidad que no existe. Y ellos la han aceptado sin cuestionarla. ¿Son tontos? No. Son personas. Que desde su buena fe creen que así “combatirán” contra la “derecha” de este país que les ha arruinado y que protege a los ricos frente a los pobres. Creen que los traidores que se abstuvieron en la votación de Rajoy lo hicieron por apoyar a la derecha española. Y están convencidos que Pedro Sánchez ha sido una víctima del “sistema”. Incluso de ese sistema que siempre les ha apoyado con editoriales y con gran cobertura mediática.
Ellos no son los culpables. Al menos, para mí. Pedro Sánchez es el responsable de todo esto. Porque él, conociendo la realidad. Conociendo la verdad. La ha negado y ha creado una realidad paralela, demagógica y peligrosa. Y algún día. Muy pronto. Conoceremos las consecuencias.
Virar a la radicalidad sólo les llevará a “regalar” votos al centro izquierda moderado. Al partido de Albert Rivera. Aun cuando en su congreso renegó de la social democracia. Ahora, la recuperará. No lo dudéis. Y cuando eso pase. Muchos pensarán. ¿Cómo no nos dimos cuenta antes?
Es en el centro, en la moderación, donde la inmensa mayoría de españoles nos sentimos tranquilos. Por eso tanto Felipe González como José María Aznar decidieron optar por una política para todos. Excluyendo así los radicalismos de la izquierda y la derecha. Centrando sus respectivos proyectos políticos. Y hoy Mariano Rajoy sigue defendiendo ese espacio amplio, respetuoso y mayoritario en la política española.
El PSOE tiene ideología, principios y valores. Como los tiene el Partido Popular. Pero, además, durante casi 40 años ambos han intentado hacer propuestas y políticas para la mayoría de españoles. Sin incentivar divisiones, odios, rencores y con responsabilidad de estado.
Hoy otros quieren hacerse la foto en el centro político. Unas veces omitiendo su verdadera ideología y otras aprovechándose únicamente del cabreo justificado de los españoles. Pero sin ideología transparente. Sin responsabilidad. Y, por supuesto, sin ánimo de gobernar.
Pedro Sánchez se niega a ver la realidad. Y esa negación permitirá a otros sumar votos. Y ese va a ser su peor realidad.
El martes conocíamos que PSOE, Ciudadanos y PODEMOS se negaron a que el día en el que Cristina Cifuentes intervenga en la Comisión de la Asamblea para “aclarar” las informaciones que pretenden cuestionar su honorabilidad, acudan también técnicos y políticos que compartieron ese momento con la Presidenta. La respuesta del bloque de la izquierda justiciera ha sido NO.
Negar la realidad. Beneficiarse a corto plazo de los efectos de esa negación. Ser justicieros para hacer “su justicia política”. Ese es el rumbo de la nueva política.
Pero esa negación, aunque a corto plazo parezca rentable, finalmente, acabará destapando la verdadera realidad. Y, amigos, los españoles no somos tontos. Por mucho que algunos pretendan que lo seamos.
Demostremos entre todos que, en política, los fanáticos hacen demasiado daño y rememos todos juntos hacia la moderación. Porque eso, amigos, es lo que anhelamos la inmensa mayoría.
Gracias.
Yolanda Estrada
Si Pedro le gustara a alguien que considera “moderado” a Aznar, si que tendría un problema serio, la verdad.
Muchas gracias por su participación. Saludos