Primera crónica de un Pleno en el que el Gobierno de Pozuelo quiso defender lo indefendible y eso es imposible sin entrar en broncas, hacer el ridículo o dar mucha pena
No pensaba yo que el Pleno de hoy iba a resultar tan divertido. Ha tenido de todo. Incluso, overbooking, que diría Ulecia. No cabía un alfiler en la parte del público del Salón de Plenos. Me encanta que la política de Pozuelo se dinamice. Era uno de los objetivos de este periódico.
Y no pensaba que iba a ser un Pleno tan divertido porque, a priori, los temas ya estaban muy trillados pero, como pasa con el jugador número 12 en los campos de fútbol, los concejales de la Oposición se vinieron arriba alentados por su público, como se dice en las crónicas deportivas, y el encuentro político del Pleno pasó de entretenido a muy divertido.
Y es que, claro, ese estado de ánimo exuberante de la Oposición puso al Gobierno de Pozuelo en la tesitura de defender lo indefendible. Y la cuadratura del círculo es imposible. Y, como es imposible, la cosa cayó en la bronca, en el ridículo y, en algún momento, en la pena. Mucha pena. Ay, Félix Alba… Lo que es la vida… ¿quién te lo iba a decir?
Pero no solo este veterano concejal estuvo a tres centímetros de lo burlesco, políticamente hablando, sino también Almudena Ruiz, Andrés Calvo Sotelo, Eduardo Oria y Paloma Tejero por poner otros ejemplos… Lo de Paloma es de película. Con ella siempre llega el escándalo.
Eché de menos, dicho sea de paso, a Carlos Ulecia defendiendo la libertad religiosa pero se riló. Aunque, al final, la cosa no afectaba a Pozuelo sino en el mundo-mundial.
Pero vayamos por partes como diría Jack el Destripador, que aquí, hoy, hay mucho que cortar.
Para empezar, una aclaración necesaria aunque me ocupe espacio. Es importante para ratificar el desmadre de comunicación que tiene el Gobierno. Esta mañana ha sucedido, antes del Pleno, un hecho rarito, como todo lo relacionado con el ese supermillonario Gabinete de Comunicación del Gobierno de Pozuelo (un día de estos echaremos las cuentas de la pasta que vale) y el uso y abuso político de él que lleva a cabo la alcaldesa.
El Ayuntamiento de Pozuelo distribuyó, al comenzar el Pleno, una nota de prensa entre los medios de comunicación amigos del Gobierno, en la que se afirmaba el cese inmediato del Presidente del Tribunal Económico-Administrativo, Adolfo Fernández Maestre, tras conocerse, según la nota, que el juez había dado orden de que se le investigue por el caso Púnica.
A nosotros, no nos la mandaron. Normal. A El Correo de Pozuelo nunca le mandan nada pese a su posición de privilegio entre los vecinos de Pozuelo. No nos quieren. No les gusta la prensa libre. Pero no importa, nosotros también la publicaremos. Pero, cuando toque.
Porque no deja de ser curioso que el Gobierno, en la noticia, diese por cesado al señor Fernández Maestre antes de serlo. Y que ese cese se diera claramente a entender, en el titular de la nota, que lo había llevado a cabo la alcaldesa Quislant. Tolerancia cero. Y eso no era posible porque la competencia del cese era del Pleno y en el Pleno no se había tratado aún. Se trató en último lugar. Era imposible por tanto. Porque, además, a Fernández Maestre lo cesa el Pleno. La Alcaldesa no tiene competencias… Pero la nota se publicó profusamente. Viva la alcaldesa Quislant. El “error” tenía una clara carga política. Burda y brutal, pero carga.
En fin… Siempre que pasa lo mismo es porque sucede igual, que diría un viejo locutor.
Aclarado el tema, tengo que decir también, antes de analizar las mociones y preguntas orales, que el Pleno se ha caracterizado, posiblemente debido a presencia de un gran número de contribuyentes en su Salón, por las alusiones constantes a las consultas vecinales que hacen los partidos, usadas, además, como armas políticas arrojadizas. Hubo algún momento en el que todo el mundo había hablado con los vecinos de éste o de aquel barrio. Yo más. No, yo he hablado con más. Yo he hablado con los vecinos de La Cabaña, y yo. Pues yo con los de Prado de Somosaguas. De eso nada, he hablado yo más. Yo, en cambio, he hablado con los comerciantes del centro. Tú que vas a hablar… Ha sido muy divertida esa parte…
Todo como consecuencia de la falta de canales reales de participación de los vecinos en la política municipal…
El Pleno, por su parte, empezó mal con la aprobación inicial de la Ordenanza de Movilidad y Tráfico. Aquí ya empezó el baile. Maite Pina, Helio Cobaleda y Adolfo Moreno dejaron en ridículo una obra ridícula. Y a Paloma Tejero, para defender su precipitada ordenanza, no le quedó más remedio que decir, una vez más, que se aprobaba la Ordenanza pero que no era necesaria su aplicación. Ir para nada, como diría José Mota. Si hay que hacer una Ordenanza se hace pero, hacerla para nada, es tontería. Y el tema empezó a calentarse…
Después, el Pleno fue a peor… Se aprobó definitivamente la estúpida e innecesaria Reforma del Reglamento Orgánico del Pleno (ROP) y más madera al fuego… Pablo Perpiñá, Helio Cobaleda y Miguel Ángel Berzal le dieron a Félix Alba más que a una estera. Alba se defendió como lo había hecho Tejero en el tema anterior. No pasa nada porque con la reforma no ha cambiado nada en el ROP. Hacer la reforma para nada. Si hay que hacer reforma del ROP, se hace. Pero hacerla para nada es tontería. Díselo otra vez, José Mota. Otro desatino. Y la temperatura subía…
Y tras la bromita de que el Pleno “queda enterado” de los manejes y tejemanejes de la Junta de Gobierno Local, los decretos de la alcaldía y demás daciones (temas importantísimos de los que se informa mal y tarde), pasamos a la primera Moción de Impulso político. Eu daría minha vida, que diría Mónica, por preguntar a algunos concejales de si se habían enterado.
Pero ya era el tiempo de Somos Pozuelo y de una nueva trampa política de este Grupo Municipal en la que volvió a caer el Gobierno. En la moción, planteó un tema tan fácil como robar a una anciana y todos a pasar por el aro. Apenas afectaba a Pozuelo pero, políticamente, se quedaba la mar de bien.
Como era una moción para el desbarre, hubo concejales que desbarraron… Todo por la demagogia. Bascuñana, por ejemplo, habló de convictos y no debe conocer el significado del término. Ay, Ángel. Y, por cierto, Eduardo Zaplana no está imputado.
Adolfo Moreno, por su parte, se refirió a una reunión en el Ayuntamiento de Madrid a la que solo habían asistido representantes de los llamados “no sé qué por el cambio” y no estuvo nadie de los miembros del Gobierno de Pozuelo. Solo Perpiñá, que él sí es de los del cambio en Pozuelo.
En esta moción, me llamó la atención la moderación que usó Pablo Perpiñá en su defensa. Chico listo. Y no es la primera vez que lo hace. Pablo está moderando mucho su discurso como táctica política. Creo que busca electores en el socialismo. Ya lo comentaré otro día.
Hubo también un momento en el que olí que la buena relación C’s-Somos Pozuelo se había acabado, políticamente hablando…
Y hasta aquí puedo escribir… Se me acaba el espacio… Mañana volveré sobre el Pleno con una segunda crónica porque queda lo mollar…
El Capitán Possuelo