“Al suelo…..que vienen los nuestros”. Así es la política, desgraciadamente. Cuando los más sucios sentimientos afloran por encima del interés general
Aquella famosa frase. Todos al suelo. Seguida de la lapidaria advertencia. “que vienen los nuestros”. Bien puede hoy extrapolarse a otros partidos políticos. Quizá a todos. O a casi todos. Pío Cabanillas simplemente describió una situación que también fue puesta de manifiesto por otro gran político, probablemente el mejor, del siglo XX, Sir Winston Churchill. Los adversarios (políticos) son los de en frente. Los que se sientan a tu lado (detrás) son los enemigos. Y junto a ella, entre otras muchas, el británico dijo aquello tan verídico y relacionado con la política. Comparándola con la guerra. En la guerra te matan una vez. En política, muchas.
Si, amigos. Así es la política, desgraciadamente. Cuando los más sucios sentimientos afloran por encima del interés general. Y qué mejor momento para traer a colación la reflexión de dos grandes políticos del siglo pasado que ahora. En plenos procesos internos de los diferentes partidos políticos. Hoy serán actualidad, una vez más. Desgraciadamente. Y hoy serán acertadas sus reflexiones.
Pero prefiero quedarme con lo positivo. El denominador común de aquellas palabras, distanciadas por los años, los países e incluso las responsabilidades. Unidas en una única realidad. El juego sucio. Puesto en evidencia por los que no necesitaban jugar bajo esas reglas repugnantes. No obstante, palabras descriptivas de una forma de hacer política. Ruin.
Hoy quiero hablaros con la mano en el corazón. ¿Es esta forma de hacer política la que queremos? ¿Son estos políticos de insultos, difamaciones y dobles caras los que queremos en nuestra sociedad? Yo creo que no. Creo que todos. Seamos de la ideología que seamos. Debemos trabajar juntos para que no pueda existir este tipo de corrupción ética en la política.
Corrupción. Ya que es una palabra tan manida. Tan utilizada. Usémosla como se merece. No hay mayor acto corrupto que desvirtuar la finalidad de la política para alcanzar objetivos personales. Y no hay nada más corrupto que ser un traidor a tus propios compañeros.
Si, amigos. Deslealtad y objetivos personales. Corrupción. Pérdida de valores. De tus principios.
Que nadie se ponga nervioso. Aunque parece que pueda referirme a los míos. E incluso con algunos tuviese motivos. Que estén tranquilos. No me referiré a ellos aquí. Yo prefiero hablar a la cara y, como siempre, con luz y taquígrafos. Los sucios se mueven mejor en las tenebrosas y opacas tinieblas. Pero ahí, amigos, a mí no me encontrarán. Aunque yo pierda. Soy así. Y por eso soy débil. Pero me gusta ser débil. Porque esa debilidad un día será una gran fortaleza.
Así que lamento si alguno o alguna pueda sentirse aludido. No son tan importantes sus fechorías morales para que yo las reflexione en mi Rincón de libertad. No.
Hoy quería referirme al proceso interno del PSOE. No por lo que se debata en él ni la forma en cómo lo hagan. Bajo ningún concepto. Respeto absolutamente los procesos internos de todos los partidos. Al contrario de lo que han hecho algún que otro adversario político con el PP. Hoy toca hablar de eso. De lo que he dicho. De los suyos. De la guerra y la política. De los enemigos de tus filas. Y de la frase lapidaria “Todos al suelo que vienen los nuestros”.
Algo así debió sentir la candidata Susana Díaz y la Gestora del PSOE esta semana cuando escuchó de boca de un partidario “acérrimo” de Pedro Sánchez, Alcalde, llamarles mafiosos al servicio de Rajoy. Y supongo, que mayor será la indignación de los políticos socialistas moderados cuando el señor Sánchez, con tremenda desfachatez política, apela a la prudencia y a que no se descalifique a ningún compañero.
Desfachatez porque este doble juego es muy viejo. Mucho. Los míos que insulten, difamen y calumnien, que luego vendré yo a apaciguar las aguas pidiendo moderación.
No tengo ningún tipo de interés en pronunciarme sobre lo que los militantes socialistas harán en breve. Y solo a ellos les corresponde hacerlo. Ni siquiera voy a decir qué candidato me gusta más o menos. Pues no me compete y mis palabras podrían sonar a “partidista”. Pero sí quiero poner en evidencia las formas. Y que todos reflexionemos.
¿Os parecen palabras y actitudes propias de compañeros que militan en un mismo partido?
Para mí estas y otras actitudes solo demuestra que los fanáticos, no sólo no cambian de opinión ni de tema (recuerdo una vez más al gran Churchill), si no que todos tienen el mismo color político. Sean del PSOE, PODEMOS, CIUDADANOS, ERC o de mi partido, el PP.
Deseo que el PSOE gane en su proceso interno. Porque ganando ellos, Ganaremos todos los españoles. Y deseo que pronto, muy pronto, sea el final de todos estos amorales de la política. Pongámonos manos a la obra, amigos.
Gracias.
Yolanda Estrada