El domingo votaré a Cristina Cifuentes. Sin dudas, con convicción. Con la cabeza y el corazón
Votaré a Cifuentes porque creo en la libertad, en la vida, las personas, la regeneración y la tolerancia. Y porque ideológicamente soy de centro derecha. Y porque puedo elegir libremente. Y además, me considero coherente. Esa coherencia que a veces una echa en falta en la vida. Al menos en la que yo he vivido.
Recuerdo hace muchos años que alguien me propuso hacer algo que iba en contra de mis principios y mis convicciones. Eso sí. Con una promesa. Volver a ocupar un puesto en pocos meses. Tener un sueldo más que digno. Importante. Siempre que renunciara a lo que yo defendía. Y me negué. Como algunos pocos, saben. Me negué y eso me apartó de la política, pero yo gané. Y otros perdieron, sin duda.
Ni un sueldo, ni un puesto, ni una compensación me hicieron renunciar a mis principios. Muchos hemos sido coherentes cuando hemos vivido de la política y ahora, desgraciadamente, vemos la incoherencia de otros que siguen viviendo de ella. Y me preocupa.
A mi Cristina Cifuentes me ha devuelto una ilusión que había perdido. Que me costaba encontrar durante algunos años, a pesar de que la buscaba y la fomentaba desde mis propios valores y principios y, fundamentalmente, desde mi libertad. Una libertad que conseguí porque no tenía nada que agradecer a nadie. Políticamente hablando. Y porque tengo la inmensa suerte de tener amigos políticos, alguno muy cercano, que me enseñaron que la política va más allá de tus propios límites municipales. Y que hay personas honestas, honradas, limpias, servidores públicos. Coherentes. Luchadores. Con principios. Tolerantes. Y, entre esos políticos, hubo una mujer. Cristina Cifuentes.
Por eso la elijo sin ninguna duda. Porque es diferente. Porque sabe escuchar. Porque no juzga. Porque es trabajadora. Porque cree en la libertad y porque es tolerante. Tolerante. Una actitud que eché en falta durante muchos años y frente a la cual me encontré con juzgadores al estilo de Ciudadanos. Me encontré con conspiradores. Con cínicos. Con prepotentes. Con personas absolutamente frustradas porque no tenían nada que ofrecer, más allá que sus malas artes y sus “movimientos” de alcantarilla. Si, amigos. Me encontré con difamadores y con personas absolutamente prescindibles en la política en la que yo creo. Y Cristina, para mí, representa todo lo contrario. Incluso con sus errores. Incluso en esos espacios en los que yo no me siento identificada. Es distinta. Y yo quiero dar un voto de confianza a este aire nuevo.
Pero mi apuesta no se basa en promesas. Se fundamenta en hechos. Cifuentes ha gestionado desde la Gestora un PP de Madrid herido, roto, desilusionado. Con una caída brutal de apoyo ciudadano. Con un desarraigo de los españoles a la política como no se ha vivido nunca. Lo ha hecho desde la moderación, y fomentando la participación. Y a mí, esta forma de hacer política, me gusta. Sin duda alguna. Y nadie cuestiona su gestión. Nadie. Lo que se cuestiona es su ideología. A falta de argumentos…vayamos a lo que duele, ¿verdad?.
Yo no tengo nada en contra de Luis Asúa. Y mi elección no va contra él. Sin embargo, si en esta campaña alguno pretende medir la ideología de cada uno para conseguir apoyos. A mi no me van a encontrar en esa batalla. Una batalla perdida desde hace años y que el pasado Congreso Nacional del PP ratificó una vez más. Somos un partido político que aglutina a las diferentes ideologías del centro derecha español y con una clara vocación reformista. Algunos no se han enterado, pero esta ideología no es nueva. Más de 20 años llevamos defendiéndola. Y es preocupante que algún cargo público se haya enterado ahora. ¿No creéis? Pero sólo hay que tirar un poco de cultura política para saberlo, amigos.
Pues bien. Cristina Cifuentes es una candidata de un partido de centro derecha. Y a mi me preocupa la pobreza intelectual de aquellos que intentan manchar su imagen tachándola de “izquierdas”. Pobreza intelectual cuando hasta la mismísima Esperanza Aguirre, sorprendentemente ahora también portavoz de los conservadores de mi partido, ha dicho que Cifuentes era de las jóvenes de Alianza Popular, mientras que ella era del Partido Liberal. Quizá queriendo poner el acento en que Cristina es mucho más de derechas que ella misma. Y a mí, en contra de lo que muchos dijeron entonces, me pareció fenomenal. Porque yo también me siento políticamente en ese centro derecha español. Hoy, ayer y anteayer. Y soy coherente, o lo intento.
La edad, la experiencia y la vida me ha hecho progresar hacia una política liberal. Pero, sobre todo, una política basada en el respeto a todos, la tolerancia frente a los que no piensan como yo y, sin lugar a dudas, la defensa de mis principios y mis valores.
No es contradictorio defender el proyecto que aglutina al centro derecha español, con los valores y principios que los afiliados hemos decidido. Y elegir a Cristina Cifuentes para ser la próxima presidenta del PP de la Comunidad de Madrid. No lo es. Porque Cristina, si es la elegida, tendrá que defender el ideario del Partido. Otra cosa diferente es gobernar o representar a todos los madrileños. A todos, también a los que no piensan como nosotros. Y gobernar con pactos es muy difícil. Mucho. Y eso lo está consiguiendo Cristina. O eso. O que gobierne el bloque de izquierdas radical en Madrid. Vosotros decidir.
Peor es que teniendo el PP mayoría absoluta en algunos gobiernos municipales se aprueben medidas socialistas o comunistas. Mucho peor. Y eso, por desgracia lo estamos viviendo, incluso con el apoyo y el voto de algunos que cuestionan si Cifuentes es o no de derechas o de centro derecha. La coherencia, amigos.
El proyecto de Luis no lo conozco suficientemente, salvo en lo relativo a cuestionar la ideología de Cifuentes o la fecha para la celebración de un Congreso Regional. Y con todo mi respeto, que se lo tengo, como compañero y como representante institucional de mi partido que fue y como cargo orgánico que es. Los planteamientos que ha hecho Luis son respetables, pero no suficientes para que le apoye. Mi decisión está tomada. Y yo no me siento obligada porque no tengo ningún puesto, cargo, aspiraciones o remuneraciones que proteger. Como dicen otros. No, amigos. Yo, no. Apoyaré a Cristina porque creo en ella. Por la tolerancia que espero y deseo se mantenga. Por los hechos, que espero y deseo continúen y mejoren. Por la coherencia, esa que espero y deseo no se pierda. Y, por último, por la libertad. Esa que espero y deseo que jamás nadie pueda volver a limitarla ni ningunearla.
Por todo ello, el domingo votaré a Cristina Cifuentes. Confió en ella. En su capacidad. En su moderación. En su tolerancia. Jamás tuvo ningún complejo para defender que es de derechas. Nunca. Pero de la misma manera que no ha tenido ese complejo, tampoco lo tiene para defender otra forma de hacer política. Ni sus ideas, ni sus propuestas. Pero no quiero confundir a nadie. Mi voto no significa la firma de un cheque en blanco. No significa un “si bwana”. Yo no soy así. Es más, si la elijo a ella es porque sé que ella admite otras opiniones y otras reflexiones y eso es lo que la hace diferente y que tenga un mayor valor, al menos para mi.
Y no quiero terminar sin recordar a otro gran político hoy retirado. Hace muchos años en mi partido había un señor que tenía el apoyo de los madrileños con resultados históricos. Muchos del PP le calificaban de “rojo”. ¿Os acordáis? Alberto Ruiz Gallardon. Muchos pretendían descalificarle con el mismo argumento que hoy utilizan contra Cifuentes. Y lo consiguieron en muchas ocasiones. Pues bien, Alberto fue Ministro y dejó la política por su defensa a ultranza del derecho a la vida. Probablemente hubo más motivos que ese en su dimisión y seguramente se equivocó en otras muchas decisiones. Pero hoy todos le recordamos por eso. ¿Verdad? No pongamos de una manera tan fácil etiquetas a otros porque corremos el riesgo de equivocarnos.
Y hoy, después de conmemorar ayer el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, también viene a colación este tema. Nunca decidiré por etiquetas. Siempre lo haré de acuerdo a lo que sé, a lo que he vivido, a sus propuestas. De acuerdo a mis convicciones, mis principios y con tolerancia y coherencia. Por eso Cristina Cifuentes contará con mi voto.
Gracias.
Yolanda Estrada