Cuando queremos que algo cambie, mejore o se renueve, hay que mojarse. Nadie es intocable ni imprescindible en el PP
Quiero empezar mi artículo de hoy con esta afirmación porque en cada una de las palabras que he escrito se refleja el anhelo de muchísimos españoles en diferentes ámbitos de nuestra vida. Sin embargo, a veces, sólo esperamos que “otros” nos resuelvan nuestros problemas. Que “otros” nos digan qué es lo que está bien o mal. O, en definitiva, que “otros” nos señalen el camino por donde debemos ir.
Una, que ya es mayorcita, muchas veces ha caminado por el sendero que le han indicado “otros”. Muchas veces he aceptado que “otros” me dijeran lo que puedo y no puedo decir. Y muchas más veces he callado porque en el silencio he guardado mi mayor rebeldía frente a las injusticias que he visto, conocido y leído.
Hace ya bastante tiempo que decidí ejercer mi libertad. Y por esta libertad que ejerzo no solo de pensamiento, sino también de obra y de palabra, escribo en mi Rincón.
Y hoy quiero hablar de lo que me importa como afiliada del PP. Quiero hablar de lo que nos importa a muchísimos afiliados del PP, aunque no lo digan los medios de comunicación. Hoy quiero hablar de nuestra ideología. De nuestros principios. Valores.
Quiero escribir sobre lo que, supuestamente, el PP de Mariano Rajoy ha perdido por el camino. Quiero destacar aquello que nos diferencia del resto de partidos y que algunos han insistido hasta la saciedad en decir, denunciar y difundir alegando que el PP ha renunciado a ellos.
Hace unos meses escribí sobre el electorado que aglutinaba Ciudadanos. Un electorado que antes optó por el PP y que por dos motivos decidió dar su confianza a este emergente partido catalán. El primer motivo, la corrupción. Ciudadanos ha sido el partido político elegido por aquellos que alguna vez confiaron en el PP y éste les ha decepcionado. Pero, sin duda alguna, el motivo más importante que muchos españoles han tenido para pasar su voto del PP a Ciudadanos ha sido la noticia constante, permanente y repetida como un mantra, incluso por algunos de los nuestros, de la “renuncia de Rajoy a nuestros principios y valores”.
Pues bien. Estamos en período precongresual. El PP tiene colgadas todas sus ponencias en su página web nacional. Por lo que es accesible a todos. Así que es fácil ponerse a ello. Fácil y transparente. Y me puse.
¿El PP será ese partido que muchos pintan mediáticamente como la nueva socialdemocracia española? En la propuesta de los ponentes, ¿encontraremos la renuncia a esos principios y valores que tanto ruido mediático han hecho e incluso ha sido el germen y beneficio de otros partidos políticos?
Hoy no hablaré de las primarias. Algo que la izquierda de este país quiere que hagamos si o si. Ya lo haré. Hoy hablaré de lo que nos diferencia de los demás. Aquello que nos justifica seguir o no apostando por el proyecto político del PP. Y por eso hoy hablaré de esto.
Leída la ponencia, compruebo que la propuesta de la dirección nacional del Partido Popular ha unificado la ponencia política y la de estatutos con un objetivo: la defensa, en primera persona, de nuestros principios y valores. Gran acierto.
Vamos por buen camino. ¿Pero cuál es nuestra ideología? ¿Qué principios y valores defendemos?
Son varias páginas que yo invito a su lectura a todos los que tengan alguna duda sobre qué propone el Partido Popular. Leerlo. Desmenuzar cada palabra. Reflexionar. Os aseguro que después de hacerlo, me he sentido satisfecha. Satisfecha y tranquila. Sigue siendo mi partido.
En primer lugar afirman, sin complejos, que el PP aglutina a las ideologías más representativas del centro derecha español. Conservadores, liberales y democristianos. ¿Quién ha llamado acomplejado a Rajoy? ¿A este PP? Frase contundente, real y descriptiva. Y en los estatutos.
Cierto es que el PP lleva décadas siendo un partido de centro reformista, pero no por renunciar a las ideologías que representa. Si no por su papel de moderación frente a los radicalismos y porque apuesta por las reformas para mejorar la vida de las personas. Que no nos confunda nadie.
Destaca, el artículo 2, el de la Ideología, que para el PP la persona es el eje de su acción política, social e institucional y que defienden el derecho a la vida, a la dignidad, al pleno ejercicio de nuestros derechos y libertades y a la igualdad entre hombres y mujeres. Me alegra leer lo que muchos sentimos. No hay cambios.
¿La familia? Siguen comprometidos con la defensa y bienestar de la familia como institución social que referencia valores como la solidaridad y convivencia que han amparado el progreso de nuestra nación y los ciudadanos.
Principios. Valores. Libertad. Justicia. Unidad de la nación española. Democracia constitucional. Estado Social y de Derecho. Honorabilidad. Conciliación de la vida familiar y laboral. Sistema educativo de calidad. Esfuerzo. Economía competitiva. Gestión eficiente. Equilibrio presupuestario.
Y podría seguir. Y seguir.
Honestamente, el PP no ha roto con ninguno de esos principios y valores que a muchos nos motivaron un día a apuntarnos, afiliarnos o apoyar el proyecto que representa. Sólo hay que molestarse en leer. Porque la propuesta es nuestra esencia. Ese es mi partido. Distinto es que algunas personas lleven a cabo políticas que no nos representen en algunas administraciones. Políticos que aprueban medidas que van contra nuestra ideología o que toman decisiones que son contrarias a nuestros principios. Pues bien, hagamos algo. Pero no hablemos del partido. Pongamos nombre y apellidos. No nos callemos y digámoslo donde corresponde. No aceptemos “pulpo como animal de compañía”.
El PP representa el proyecto político más importante de Europa. El proyecto de las personas, de los principios. Es el partido de la libertad y las personas. Se propone, se debate y se vota.
No nos quedemos en lo que digan los demás. Si estamos en desacuerdo con alguien que actúa al margen de lo que pensamos. Al margen de nuestra ideología. Que adopta medidas contrarias a nuestros principios. Hagámoslo. Digamos sin complejos, “tú no me representas”.
Porque, amigos, no hay nada ni nadie perfecto. Lo importante. Lo esencial. Lo diferente. Es tener valores y principios para saber diferenciar. Y el PP puede tener o haber tenido personas equivocadas. Pero también tenemos la capacidad para decir “No, tu no”. Para mojarnos. Y, ¿sabéis por qué? Porque nadie es intocable ni imprescindible.
Gracias.
Yolanda Estrada