Quo Vadis, Quislant?: Aproximación a lo que se espera este año de la alcaldesa de Pozuelo de Alarcón o como evitar que se siga equivocando en su estrategia política
La alcaldesa de Pozuelo de Alarcón Susana Pérez Quislant se está equivocando en su estrategia política desde el minuto uno de la toma de responsabilidad. No tenía ninguna experiencia política y sus errores empezaron en seguida a ser de bulto. Y esos errores la enrabietaban y su fracaso lo terminaban pagando las personas que estaban a su alrededor. No era capaz de asumir su incapacidad para la gestión política y todo le agobiaba. Y el agobio siempre terminaba en voces y desprecio.
Lógicamente, las personas más cercanas a ella le duraban poco. No la aguantaban y, cada dos meses, alguno la abandonaba porque no podía más. Se iban por no aguantar su agrio talante y su desorientación político administrativa.
Quislant podía haberse refugiado en sus concejales pero la mayoría de ellos la conocían de sobra y bastante hacían con soportarla. Si siendo primera teniente de alcalde era insoportable, la responsabilidad política le había hecho más inaguantable.
Y todo iba de mal en peor. La gestión del Ayuntamiento le agobiaba, su afección política se desmoronaba y no se le ocurría una sola idea para ofrecer a los vecinos de Pozuelo.
Eureka. La salvaría el contacto directo con los vecinos. Y se agarró a los Desayunos con la alcaldesa. Unos desayunos que, por mucho que los quieran vender, son un fracaso importante debido a la falta de empatía de la señora Quislant. Muchos de los que han asistido a esos desayunos cuentan y no paran. En algunos casos, solo se les servía un café de máquina y en el aire se respiraba un ambiente tenso. Un ambiente de prisas que no tapaba la amabilidad que quería transmitir la alcaldesa.
Aquella situación era superior a su fuerza y todo se le estaba escapando de las manos. Ella no es mujer capaz de pensar y mascar chicle a la vez y todo se desmoronaba en su entorno. En un momento dado, alguien externo le dijo que la solución era dejar la administración del Ayuntamiento en manos de un experto administrativo. En manos de alguien que le quitase el peso de la decisiones administrativas diarias que tanto la agobiaban. Los funcionarios son pejigueros. Esto se puede hacer, esto tampoco, esto está reglado y hay que seguir las reglas… Y en eso llegó Augusto González con la orden de llevarlo todo. Todo. No le había votado nadie pero él debería llevarlo todo.
Desde ese momento, la vida pública de Quislant mejoró considerablemente. Ya no tendría agobios administrativos. Era el momento de hacer política, pero no política en Pozuelo y por Pozuelo, esta ciudad no necesita nada. Donde había que hacer política era en Madrid. Pozuelo solo le serviría para medrar. Ganando la presidencia de la Agrupación del PP en Pozuelo adquiriría poder territorial. Lo que nunca tuvo. El PP es un partido en que el poder territorial es muy importante y ahora lo tendría. Si a eso se le unía su plus de popularidad conseguido en los medios de Madrid, miel sobre hojuelas.
Era tiempo de venderse.
Y en eso y a groso modo, Susana Pérez Quislant ha derrochado año y medio de su legislatura.
Pero… Quo Vadis, Quislant?: ¿Qué se espera este año de la alcaldesa de Pozuelo de Alarcón?
No mucho, la verdad.
Lo previsible es que, desgraciadamente, siga como hasta ahora. Ha llegado a un pacto con Adrados y, a priori, tiene el camino libre para ser Presidenta de la Agrupación del PP de Pozuelo. No tiene problemas administrativos porque Augusto González se los resuelve. Y ha fichado a un experto para que la guie por el proceloso mundo de las redes sociales e internet. Todo funciona.
Pero no funciona. Pozuelo no funciona. Ni funciona el Gobierno ni funciona el Ayuntamiento. Algunos concejales no aparecen y otros ya forman parte del mobiliario de sus pasillos y despachos y aportan menos que un cuadro en la pared o un florero rinconera.
Pozuelo de Alarcón ha dejado de ser una idea política. Ahora solo es una gestión administrativa. Nada. En los últimos 6 años solo ha sido una máquina de recaudar y de no gastar.
¿Se dará cuenta Quislant de que se ha equivocado en su estrategia política? Lo tiene todo para pasar a la historia de esta ciudad pero, como siga así, también será olvidable.
Y la solución es muy fácil. Tiene que dejar de pensar en ella y pensar en Pozuelo. Su estrategia política fetén debería ser la de transformar esta ciudad. Darle sentido. Hacer que los vecinos crean en la ciudad y en ella. Y trabajar… Un Pozuelo grande sería su más importante tarjeta de presentación en sus aspiraciones políticas…
El problema es que ya solo le queda este 2017 para hacerlo. En 2018, todo el pescado estará vendido.
El Capitán Possuelo