¿Qué esconde la Disco del Nº 8, en Pozuelo Estación, Sra. Quislant, que no hay quien le meta mano?
Ahora que la política española se ha convertido en un atacar o callarse al nuevo electo americano, acusado de lo que ha hecho, ha dicho que hará y lo que nunca podrá comprobarse. Mientras, los defensores del hawaiano saliente, se han olvidado ¡qué cosas¡ de los tres millones de ciudadanos expulsados durante su mandato, record de expulsiones, superando, al mismísimo Busch – hijo – el famoso amigo de Aznar y de la 2ª guerra del Golfo, la misma que siguen diciendo que participamos y en la que nunca estuvimos, más que como apoyo junto a otros 75 países que acompañaron en el papel aquella barbaridad, porque los muertos, como la libertad, justo es decirlo, al menos en la Europa del siglo XX en adelante, solo los ponen los yankees. Los de este lado del Atlántico somos más de postureo, de poca sangre o ajena y, ya se sabe, el ruido de las armas va más con el estilo de vida americano.
Supone todo esto alejarnos – políticamente hablando – de nuestras miserias, insidias, mezquindades y de esa conducta cainita que surge con el caído o en riesgo de caer y que hemos vuelto a comprobar (Podemos y Psoe, los más recientes) ante cualquier situación que amenace el status quo de los líderes que tan democráticos son cuando sopla el viento hacia dónde ellos llevan el bajel y cómo cambian, embarcación incluso, cuando Eolo no orienta en su dirección, dejando al vaivén de las olas a los díscolos tripulantes, más allá del cargo que desempeñasen y de los favores recibidos.
Igual pasa en nuestro mundo local, las disputas del poder no son por una Alcaldía: buen sueldo, buen coche, asesores que colocar, favores que retornar, amigos, familiares y próximos que colocar, sino por lo que está por llegar. Puede ocurrirnos, querida Alcaldesa y miembros del Gobierno Municipal que esperando ese salto adelante choquemos frente a la realidad que siempre nos acaba elevando hasta el nivel máximo de nuestra incompetencia, tantos adláteres alrededor regalándonos lo oídos y, es ahí, en el cenit, cuando nos dejan caer y tornamos a la cruda realidad en la que además de no ser, tampoco estamos ¿Conocen algún caso?
Viene a cuento, Sra. Quislant, que cuando en el devenir de los días no dan solución a las denuncias por Vds. verificadas y no aplican el remedio que la Ley y el sentido común indican, más pronto que tarde se encontrarán con la horma de su zapato y se volverán contra Vds.
Desde el mes de Mayo, estamos esperando solución a sus Diligencias contra la dizque Discoteca en Ctra. de Húmera, 8 y desde el año 2005 nadie ha sido capaz, saltándose todo tipo de normativa Medio-Ambiental, de Seguridad y contra la salud, el sentido común y las alegaciones – viviendas y familias, a Vds. que se les llena la boca con las mismas – de explicar, cómo y por qué autorizaron tal barbaridad ni, por supuesto, de solucionarlo.
Sabemos eso sí, que el alcalde (¿conoce hoy alguien al Sr. Sepúlveda?) en ese momento tuvo que salir por piernas y vamos a ver si acaba o no entre rejas y, que los vecinos nunca invitamos al cocido famoso del Sr. Rueda (donde los poetas…) pero seguimos denuncia tras denuncia porque la razón, aunque el casco (me atengo a la nomenclatura Municipal) esté olvidado por Vds., es nuestra, la ley también y la salud, aunque nos la estén minando, nos llegará para verla ajustarse a derecho.
No crea Vd. Sra. Quislant, Trump no lo tapa todo y el día a día de Pozuelo no se verá oscurecido por una mayoría absolutista, más próxima a la España feudal de siglos pretéritos que a ciudadanos libres e iguales de los tiempos contemporáneos, que finalmente acabarán poniéndolos en su sitio.
Para animarla y ponerla en situación le recuerdo lo que dijo Ignatieff, frente a esa idea suya y de los suyos de contemporizar: “La política consiste en buscar soluciones viables a problemas complejos y en el momento adecuado”.
Al menos, y gracias a Ignatieff, ya tienen tres oportunidades más de corregir lo hecho.
A. Nogueiro
Enhorabuena, que bien escrito y que verdad en todo lo que dice.
Uds. para la alcaldesa son ciudadanos de segunda. Pero les animo a seguir denunciando esta situación como la de los vecinos de la calle Sevilla y recordarlo en las próximas elecciones.
Muchas gracias por su participación. Saludos