La alcaldesa Quislant envía a los vecinos propietarios de perros (no a todos) una carta surrealista, cursi, impropia y mal redactaba. Muy suya.
Después de una semana desconectada, he vuelto con fuerza. Nos fuimos unos días a Gandía con mis padres. Se me olvidó cuánto se puede disfrutar sin pensar en los asuntos municipales. Pero, todo lo bueno se acaba. Nada más llegar de la playa, Tobby me recordó el tipo de Alcaldesa que “accidentalmente” nos ha tocado sufrir. Y me volvió esa indignación que crece día a día y que ya no hay nada que la frene.
¿Qué hemos hecho los pozueleros para que nos condenen con estos políticos? Es irremediable el sentimiento que tengo. No puedo más.
Pero, siempre estará Tobby. Cuando volvimos a casa, saltó del coche tan feliz, moviendo su rabo y dirigiéndose a su “casita”, la que tenemos en el patio. Como esos días había llovido y además hizo mucho viento, estaba todo el patio sucio. Tobby empezó a sacar hojas secas que habían entrado en su “dulce hogar”.
La imagen fue muy graciosa y Luis y yo nos empezamos a reír. Luis me dijo que Tobby no soporta a mi madre y que estaba deseando volver a casa. Yo miré a mi marido con ganas de responderle, pero, sinceramente, llevaba razón.
De repente, cayó en mis pies una carta del Ayuntamiento. Tobby la sacó de no sé dónde. La abrí. Me quedé atónita. Se la enseñé a Luis. Tobby me miró, agachó la cabeza y entre lamentos, se metió en su casita con el rabo entre las piernas. ¡La había escondido él!
Que mi querido perro sienta vergüenza de lo que intuía ponía en esa carta, le hace más inteligente que a muchos de los que deciden sobre nuestros servicios y nuestro dinero. Escondió la carta. ¡Pobre animal! No quería que yo la leyese. Pero, por fin, cayó en mis manos. Y yo la comparto con vosotros.
Paqui me dijo que a ella no le llegó esa carta. Y Manolo dice que a él tampoco, pero que a un amigo, si. No llego a entender muy bien cuál es el criterio que sigue el Ayuntamiento para hacer los mailins, pero lo que está claro es que hay muy poca transparencia en ello. O hacen muy mal su trabajo.
¿Cómo es posible que a unos vecinos les llegue una carta “municipal” sobre las mascotas y a otros no? La verdad es que no lo entiendo. Espero que la oposición pregunte al respecto porque es la gestión de nuestro dinero lo que se está “malutilizando”.
Pero vayamos a la carta. Que no tiene desperdicio.
Empezando por la foto tan cursi de la mismísima Susana Pérez Quislant, seguida de esas huellas de perro que enmarcan una misiva de la Alcaldesa que no tiene precio.
La carta anuncia una campaña que ella ha denominado “Pozuelo es tu casa” y cuyo objetivo es que los dueños de los perritos tenemos que recoger sus “caquitas” y así tener tan limpio Pozuelo como nuestra casa, porque “Pozuelo es tu casa”. Todo ello con palabras tan sobrecogedoras como las que siguen:
“Por eso, si les reconocemos como nuestros amigos más fieles, no podemos dejar que nadie piense que los dejamos por los suelos cuando hacen sus necesidades y no las recogemos.”
Toda la carta es surrealista, cursi e impropia de la Alcaldesa de mi pueblo.
Empezando porque tendrá que justificar este gasto de dinero público innecesario. Salvo que el próximo proyecto de esta Alcaldesa sea mandarnos otra carta y recordarnos que debemos cruzar por el paso de peatones, o que debemos sacar la basura en los contenedores o no debemos robar o no debemos ensuciar las calles. También, como dijo Paqui, una carta de esta mala Alcaldesa, recordando que la fidelidad es muy importante, ¿También en la pareja?
Bromas aparte. Sería importante justificar el gasto en el envío de la carta. ¡Ojo! No en los “sanecanes”, que es como se conoce a los dispensadores de bolsitas para tirar los excrementos caninos. Lo mismo la señora Quislant y su concejal de Medio Ambiente aún no se han enterado. Y que lo importante es que haya “bolsitas” y que se recoja la basura. Pero, es imposible con esta gente.
¿”Pozuelo es tu casa”? No, Accidental Alcaldesa. No es mi casa. Es mi pueblo. En mi casa voy desnuda si me da la gana. Por las calles de mi pueblo, no. Mi casa puedo tenerla sucia, si quiero. Las calles de mi pueblo deberían estar limpias, para eso pagamos impuestos. En mi casa bebo en la cocina o en el salón o en mi dormitorio. En las calles de mi pueblo, no puedo. En mi casa tengo privacidad, en mi pueblo, no. En mi casa vivo con mi familia, en mi pueblo convivo con los demás vecinos. Un gran diferencia.
No se ha podido elegir con peor tino el nombre de una campaña y peor aún el contenido de una carta que pagamos todos. Cursi, impropia y mal redactada.
La señora Quislant no se ha dado cuenta que los que somos de Pozuelo de toda la vida y los que han elegido libremente esta ciudad para vivir simplemente queremos que se nos respete y que se respete nuestro pueblo. Que nos respetemos entre nosotros. Y que nuestros políticos hagan bien su trabajo. Ella ha venido impuesta y, como ha sido así, tiene que recordarse que Pozuelo es su casa. Porque la suya está en Madrid. Porque ella ha venido aquí a cubrir un expediente. A cobrar. A seguir cobrando. Y a salvar lo poco que le queda de credibilidad en el PP de Madrid. En la política.
Sentí tanta vergüenza que entendí que Tobby intentara esconder la carta para que yo no me sofocara. Él también siente vergüenza. Me decía Luis que Tobby no es nuestra mascota. Es uno más de la familia. Y que llamarle mascota es insultante. En eso Luis me parece extremista, pero lleva razón en todo lo demás. Es insultante todo.
Lo más lamentable de toda esta situación es que Susana Pérez Quislant por hacer lo que hace se lleva más de 75.000€ brutos al año de nuestro dinero. A eso hay que sumarle la Seguridad Social, ¿no? Más de 100.000€ al año. Paqui, Manolo y Luis me piden que no desespere. Pero esto es indignante. Somos muchos ya los que queremos un cambio en Pozuelo.
Sira Q.