Salvados, de Pedro
Mariano Rajoy ya es Presidente del Gobierno de España. Y la mayoría de españoles, descansamos. Y los partidos democráticos, constitucionalistas y que defienden la libertad. Por fin, se unieron en dos aplausos muy significativos. Mientras. Los antisistema , demagogos, radicales e intolerantes, rodean el Congreso. Cuestionan la aritmética parlamentaria. Cuestionan que sea Presidente quien ganó las elecciones. Y, aplauden a los “amigos” de los asesinos de ETA. Y, jalean a los separatistas catalanes. Menudo espectáculo bochornoso.
Y en mitad de todo este tinglado, está él. PEDRO SÁNCHEZ. La víctima de la estabilidad. Con lágrimas en los ojos y palabras entrecortadas, nos anunció que dejaba su escaño. Todo ello en rueda de prensa. Perdón. Declaración de prensa. No aceptó ninguna pregunta de los periodistas. ¿Insólito? No, real. Amigos, horas después, con su moreno californiano aún intacto. Después de sus extensas vacaciones. Concedió una entrevista televisiva. Anunció un poco más de descanso. No ha sido suficiente. Se victimizó por el papel de “algunos” poderes fácticos. Al margen de anunciar una web para sentirse apoyado y con la finalidad de ser candidato a la Secretaría General de su partido, el PSOE.
Y, mientras, los políticos “de siempre”, siguen trabajando para todos los españoles. Mientras, la casta demonizada por los radicales, sigue pensando en la mayoría. Y el mismo vago, sigue reclamando más descanso a costa de todos nosotros. ¿Y los antisistema? Proponen NADA.
Pero hoy toca hablar de Pedro.
Lo siento por todos los que lamentan la caída de Pedro Sánchez. Sobre todo por esos 15 diputados socialistas que han vulnerado una norma de su grupo parlamentario. Lo siento, porque han incumplido por un auténtico demagogo. El adjetivo que mejor le define hoy. Unido a otros adjetivos que siempre he mantenido. INCOMPETENTE. IRRESPONSABLE por su gestión partidista. INCAPAZ para liderar un proyecto político. RADICAL. Pedro Sánchez es capaz de poner en juego nuestra libertad, democracia y nuestra convivencia por sus intereses personales.
Si, amigos, así es. Ese es Pedro Sánchez.
Siempre defenderé que ningún partido político debe entrometerse en los asuntos privados de otro. Por eso nunca comentaré las “cuitas” socialistas o de Ciudadanos o de los “podemitas” o del resto. Jamás lo haré. Por eso, exijo el mismo respeto a mi partido, el PP. Respeto que algunos no han mantenido. Y que no son modelo de nada, a pesar de que se presenten como modelos de regeneración. Aunque espero que rectifiquen. Que esas imposiciones externas a mi partido solo fuera la novatada del que vive de titulares. Rectificar es de sabios, amigos. Y hoy toca respetar procesos internos de otro partido, el PSOE.
Pero lo de Sánchez es otra cosa. Sin duda.
El responsable y protagonista del bloqueo al que hemos estamos sometidos todos los españoles. El verdugo de nuestra situación política. El mentiroso, opaco y radical ex candidato del PSOE, habló. Y habló para una cadena privada. Un programa. Y un periodista. Habló para salir en la tele. Y silenció a los periodistas en el Congreso donde anunció su renuncia, sin admitir preguntas.
Habló y acusó a “algunos” de ser su víctima. Habló y defendió su radicalidad. Habló y defendió su NO es NO. Habló y criticó a su partido. Habló y defendió los pactos con los neo comunistas y con los separatistas. Habló y nos anunció que iba a descansar estos días (un poquito más). Habló y nos contó que cobraría más dinero público. Como indemnización por haber sido diputado. Y habló. Habló tanto. Que el vago de Sánchez nos demostró que todos estamos SALVADOS.
Si, amigos. Salvados, de su presencia e irresponsabilidad. Salvados, porque el victimismo de los verdugos es una característica de los dictadores. Salvados, de sus mentiras descubiertas y sus peligros potenciales. Salvados, porque, espero que nunca vuelva a ser candidato a la presidencia del Gobierno para un partido constitucionalista como Ciudadanos. Salvados, porque mientras él negaba la labor digna de los periodistas en el Congreso, no permitiendo hacerle preguntas. Tenía pactada una entrevista en prime time, amigos. Mientras él limitaba ese derecho a la información a profesionales, a favor de sus intereses personales. Otros periodistas españoles estaban siendo retenidos en el aeropuerto de Caracas (Venezuela). Se les impidió entrar al país para informar. Salvados, porque así no podrá pactar con quienes aplauden a estos regímenes totalitarios. Salvados, porque es tal su irresponsabilidad que hubiera sido capaz de pactar con los que quieren romper España. Con quienes quieren romper nuestra convivencia. Con quienes agitan el odio frente a la democracia, con un solo objetivo. Vivir en La Moncloa. Salvados, sin duda.
Cuando terminó la entrevista, pensé. Nos hemos salvado de la peor pesadilla que una democracia, como la nuestra, podría tener. Esa pesadilla ha sido Pedro Sánchez. Ese lobo con piel de cordero. Hoy alimenta el sentimiento más radical. El odio. Y apela a los radicales y separatistas. Cuestiona España. Y miente sobre su situación mediática. Todo con un objetivo. Seguir agitando la división entre los españoles.
En fin, solo tengo palabras de agradecimiento a la reacción de un partido, como el PSOE, por haber dicho BASTA. Pero, amigos, esto no es nuevo. Este germen del odio frente al PP no lo sembró ni siquiera Pedro Sánchez. Tiremos de hemeroteca y veamos quien empezó a cambiar el rumbo de un partido socialdemócrata hacia otro radical y comunista. Pensar que quien pilotó aquel cambio. Llegó a ser Presidente del Gobierno de España. Y todos sabemos cuál ha sido el resultado de su gestión. El peor en toda la historia de nuestra democracia.
Hoy nos hemos salvado, por ahora, de otro mucho peor que aquél. Pero tendremos que argumentar los demócratas unidos que nadie podrá derribar el país que hemos construido entre todos. Y que juntos defenderemos nuestra democracia, nuestro Estado de Derecho, nuestra libertad y nuestro país. El reto es importante. Convivencia pacífica frente al odio y la división. Pero, claro…De aquello barros, vienen estos lodos.
Gracias.
Yolanda Estrada