Notas a pie de foto de la pareja de concejales formada por Pita y Aristegui. Un artículo del lector Pedro Martínez
La semana pasada vi publicada una foto por este periódico que no debemos pasar por alto. En ella sale a luz algo que, sin duda, podría ser (mejor diría que ya es) un problema importante para Pozuelo. Las relaciones personales, al final del todo, están marcando un rumbo a la deriva para este pueblo. Y del PP de Pozuelo. En la foto se puede ver de celebración a la teniente alcalde de Hacienda y al concejal de Recursos Humanos con el Jefe de Gabinete de Paloma Adrados, lo que no deja de ser altamente significativo y sospechoso.
Desde hace mucho tiempo, circulan historias sobre las relaciones personales entre concejales del Ayuntamiento de Pozuelo. Isabel Pita, sin ir más lejos, ya mantuvo una relación personal con un concejal de la oposición que levantó todo tipo de suspicacias. Ahora, lo cambió por este concejal del Partido Popular. Hablan y no paran por todos sitios. Falta de seriedad es abrumadora.
Pero las relaciones personales poco o nada me interesan, salvo que afecten, como decía, a la forma de tomar decisiones en Pozuelo y, todo indica, que sí afectan. Todo indica que esta pareja habla, urde y conspira. De tapadillo. Por detrás. Al parecer, cuando la unidad familiar, tu futuro y tu pan, dependen de ello, el nivel de conspiración aumenta. Y entonces, el relajo hace que se pierden las formas y se abandonen las precauciones. La foto es una novela del Siglo XIX. Qué pena de Juan Téllez.
Isabel y Diego, desde hace tiempo, forman un dueto que conspira. Y habla, habla y habla a media voz. Y como bien dice el refranero, quien mucho habla, mucho yerra. Y actúa. Y eso, en política y más en un pueblo como Pozuelo, el refranero es más acertado cuando dice: quien a hierro mata, a hierro muere. Políticamente, claro.
Esa es la crónica anunciada de esta pareja que va sembrando un reguero de malas artes en base a sonrisas forzadas.
Tiempo habrá de sacar a la luz conversaciones y otras actuaciones de esta pareja en comandita.
Mejor que se cojan de la mano, porque vendrán curvas.
Gracias por dejar expresarme.
Pedro Martínez