Pozuelo Estación, barrio olvidado pese a ser tiempo electoral, tiempo de premuras (vídeo)
Se ponía de manifiesto la semana pasada, en nuestro periódico, las bondades florales al pie de la señalización de Pozuelo- Estación y, añadía, como se retornaba a sanear el aparcamiento, nunca bien aclarado, sito enfrente para que los muchos conductores que acceden al Cercanías o al Parque Prados de Torrejón puedan dejar su coche sin el gravamen del S.E.R.
El tiempo electoral agudiza la estética y proporciona la oportunidad de dar solución puntual a las demandas vecinales, para que el voto sea orientado en la dirección adecuada; eso sí, sin condicionantes ¿o puede que sí? Como nuestros resignados políticos de nuestro sufrido Ayto. no disponen de tiempo para ver más que los vecinos, éstos, que sí las padecen, las tienen que denunciar. Ocurre que ven el árbol, pero no alcanzan nunca a ver el bosque que sigue ahí, agitándose, pero no lo dan alcanzado… es tan espeso.
Apenas a unos metros de la citada señalización que nos recuerda a todos que Pozuelo -Estación también existe; en plena Calle Martina García, un solar largo tiempo rodeado de valla protectora y sobrecargado de vallas publicitarias, que algún susto ya han dado,…, se ha venido abajo en una de sus secciones, convirtiéndose en un riesgo para niños, adultos, mayores y demás viandantes que por allí pasen.
El caso es que tras varias semanas en ese estado, nadie ha llamado a capítulo a los responsables de esa situación y de ese riesgo -físico y estético -, a pesar del obligado paso que supone para los que llegando en el Cercanías, tienen que tomar el Bus en las paradas de la Avda. Juan XXIII y de los vecinos de la zona que por allí deambulamos a cualquier hora convirtiéndose, además, en estercolero puntual.
Si, además, cualquiera de nuestros gobernantes tuviese a bien seguir caminado desde el final de la calle Martina García hasta la Estación del tren o lo que es lo mismo pasar por la Plaza del Gobernador y recorrer la famosa calle Antonio Díaz, y fuese capaz de sortear los distintos obstáculos que en forma de terrazas, imposibles de bordear sin chocar con los que vienen y van, marquesinas, papeleras y demás impedimentos que imposibilitan la libertad de andar (pasear es imposible), aún tendrían que mirar al suelo, que pisan, y encontrarse con manchas imposibles de enumerar y nombrar, colillas por doquier, algún que otro bote vacío y esa sensación de abandono, impropio de la zona que, posiblemente, más personas diariamente transiten en nuestro Pozuelo de Alarcón.
Lo peor y más triste, queridos gobernantes, es que vale para las dos aceras de la calle, no sabría decir cuál está más degradada para los vecinos que somos y para los viandantes que vienen y van.
Y si una parte de culpa, seguro, la tenemos los ciudadanos por la falta de respeto hacia lo público que, en tantas ocasiones, demostramos al mostrar nuestro lado más incívico; la otra parte, la importante, la que supondría el ejemplo y el cambio de conducta del ciudadano al verse reflejado por el buen hacer de su Administración, la tienen Vds. por permitir el estado continuo de un barrio que se empobrece y del que solo se acuerdan en periodo electoral y por las denuncias de los que en él vivimos.
Como doy por hecho que, cualitativamente, los distintos miembros de la Corporación Municipal tienen el conocimiento suficiente para poder desarrollar las funciones inherentes al cargo que ocupan (espero que no me critiquen en demasía, los miembros de la oposición municipal por mi bonhomía en el juicio anterior), solo puedo llegar a la conclusión de que ninguno de Vds. es capaz de ubicar con el dedo, en un mapa, los lugares referidos; incluyendo la famosa fuente de colores que tanto recuerdan, por sus dimensiones, básicamente, los profesionales del Servicio Público de transporte cada vez que un coche estaciona indebidamente en la zona.
Me animo, una vez más, a recordarles que los problemas se conocen en la calle, las inquietudes de los convecinos en el contacto con los mismos y que el Ayuntamiento no puede ser un bunker sostenido en la mayoría adquirida, que solo se abandona para fotos y abrazos de personas e instituciones que, no se confundan, los adulan por lo que son, representan y tienen, pero que mañana serán las primeras en abrazar a los nuevos príncipes.
Un mañana, querida alcaldesa y miembros de la Corporación, cada día más próximo y que todos tendremos en cuenta por el trato recibido y el trabajo realizado.
En la confianza de, algún día, reconocerlos en sus visitas a este nuestro barrio, espero firmemente su atención sobre el mismo y parafraseando a ese programa de televisión, en el que todos cocinan y solo tres acaban comiendo: ¡Pónganle color a la zona!
A. Nogueiro