Mario Vargas Llosa y su ex mujer, como el ratón y el gato
Mientras Mario Vargas Llosa promociona en América del Sur su novela número 18, ‘Cinco esquinas’, su ex mujer Patricia Llosa ha estado en Madrid acompañada de su hija Morgana y ha vivido en el piso que el escritor posee en el mismo centro de la capital, en un edificio histórico, una casa que debe corresponderle al marido en el reparto de bienes que han discutido sus respectivos abogados.
Se ve que la ex mujer del Nobel evita continuamente coincidir con su ex marido. Hace cuatro semanas falleció en Lima la madre de Patricia, Olga Urquidi, suegra, tía y al mismo tiempo cuñada del escritor, ya que Vargas Llosa estuvo casado con su hermana Julia, la famosa tía Julia de la novela (La tía Julia y el escribidor, Seix Barral, 1977).
Años después Mario dejó a la tía Julia, que había protagonizado su vida y su obra, y se casó con su prima Patricia. Y en este monumental embrollo familiar siempre tuvo el apoyo de su tía, cuñada y luego suegra, Olga Urquidi.
Vargas Llosa le dio el pésame por teléfono a Patricia pero no quiso viajar a Perú para dar el último adiós a quien consideró siempre su segunda madre. Pocos días después, Mario, junto a Isabel Preysler, viajó a Estados Unidos para recibir distintos homenajes. Cuando la reina de corazones regresó a Madrid, Vargas Llosa voló a Chile, donde ha estado la última semana de abril promocionando su novela y recibiendo un doctorado Honoris Causa.
Entonces Patricia reapareció en España se instaló en la que había sido la casa familiar del matrimonio y seguramente recogió sus últimas pertenencias. Vargas Llosa voló este sábado rumbo a Buenos Aires, donde será la estrella de la Feria del Libro. La novela Cinco esquinas es en este momento el libro más vendido de los países de habla hispana.
¿Qué lugar del mundo habrá elegido Patricia Llosa para estar lo más lejos posible de su ex marido?
Londres tampoco le vale: Isabel Preysler y Vargas Llosa reaparecerán en todo su esplendor el próximo 20 de junio, en el castillo de Windsor, encabezando el grupo de invitados que Porcelanosa lleva hasta los salones reales del Príncipe Carlos.