La conmemoración del aniversario de Cervantes en Pozuelo ha sido muy ‘García Molina’: vergonzosa, incluida esa Feria del Libro que, en 2011, se cargó Adrados y nadie ha recordado
Me dejé el móvil en casa y me fui a pasear con mi familia. Sábado por la mañana y un tiempo estupendo. Era imposible predecir la lluvia de esa misma tarde. Fuimos al Parque Prados de Torrejon. Merecía la pena pasear por Pozuelo.
De pronto, Luisito me viene corriendo y me dice que ve una figura que a lo lejos agitaba la mano con desesperación. “Parece la tía Paqui, mamá “.
Tuve que hacer un esfuerzo de enfoque, pues los años no perdonan, y confirmar que sí. Era mi prima Paqui, sin duda.
Tenía un notición que afectaba a la Alcaldesa Accidental y a nuestros bolsillos y llevaba toda la mañana llamándome. Pero como no tenía móvil, tiempo perdido. Así que decidió ir a buscarme.
La noticia no era la no devolución de la tasa de alcantarillado, que también. Tampoco era una subida de impuestos…. Solo faltaba! Tampoco iba a cesar a nadie, “Siempre estás de broma, Sira”. Era sobre otro tema relacionado con nuestra soportada alcaldesa. Llamé al Capi y se la dije. Se sorprendió también.
Pero, ya que estábamos juntas, invité a Paqui a comer. Sebastián estaba en Alcalá de Henares y la tarde invitaba a hablar de Alcalá de Henares, de Madrid, la Comunidad de Madrid, Cervantes, El Quijote y Pozuelo de Alarcón.
Sebastián se había ido a Alcalá porque es un seguidor de Cervantes y allí se celebraban actos y actividades en homenaje a la máxima figura de la literatura española y universal, cosa que en Pozuelo no han hecho ni la ‘O’ con un canuto de caña.
Sebastián se ha leído el Quijote cinco veces. Y su pasión por Cervantes, sus novelas y su vida le hicieron criticar sin piedad a la Ya Olvidada por suprimir, en su día, la celebración del Día del Libro en Pozuelo y de La Feria del Libro. No lo entendió y argumentaba que este “recorte” demostraba la gran incultura que tenía aquella señora que ahora preside la Asamblea. Y el problema fue que todos sus palmeros se lo permitieron. Pero, evidentemente, los pozueleros le pasaron factura.
Fue tan ridículo aquel recorte que hoy todos los grupos de la oposición han apoyado al Gobierno en el Pleno de febrero para que se volviera a celebrar la Feria del Libro. Bueno eso de “volver a celebrar” no lo dijeron, pero así es.
Con la puesta en marcha de esta nueva Feria del Libro no han innovado nada. Como mucho se han tragado su orgullo reconociendo que se equivocaron. Todos estaban en aquel Gobierno cercenador de la cultura. Pero lo pasado es pasado y ahora repetimos lo que hace años se celebraba y que la torpeza suprimió. Les ha costado.
Paqui me decía que esperaba que Mónica García Molina, que lleva chupando del bote pozuelero desde 2003, dijera que esta propuesta fue una realidad y que la quitaron. Pero es evidente que ella se cuida mucho de no hablar. Sin embargo, la hemeroteca es la hemeroteca y la memoria también. Os dejo un enlace para que lo comprobéis. Era el año 2011 y ya llevaban cinco años consecutivos celebrando la Feria del Libro.
http://www.culturapozuelo.es/es/index.asp?MP=83&MS=0&MN=1&id=3718
Manipulación sin más.
Pero la cuestión hoy es que conmemorar a Cervantes, como lo ha hecho el municipio más rico de España, es simplemente vergonzoso.
Y yo me pregunto, sin ánimo de ofender a nadie, la concejala de Cultura ¿no da para más? Manolo siempre me recuerda su estatus económico y patrimonial y nos reímos cuando nos la imaginamos en una hipotética entrevista de trabajo en una empresa privada y, mucho más, tres meses después en esa misma empresa. Puede que, en política, le haya servido no tener formación, ni capacidad ni mérito alguno. Puede. Me gustará verte echándole la culpa a alguien de tu poco talento.
Ya sabes, Mónica García, que fuera hace mucho frío aunque no debes preocuparte porque te van a venir muy bien los espléndidos ahorros que has cosechado a costa de los pozueleros.
Mónica García Molina es el ejemplo de esos políticos que tienen que desaparecer. Es la consecuencia de los movimientos entre bambalinas que los ciudadanos no conocemos. Es la suma de todos los defectos de un político y la constancia de que hay una mano que mece la cuna que debe ser renovada sí o sí. Eso sí, si hablamos con ella, sonreirá e intentará hacerse la víctima, como siempre. Pero su única realidad es que es capaz de mandar a Prado de Somosaguas a una trabajadora porque no le sirve un café y capaz de culpar y traicionar a todos por un sueldo inmerecido. Así García Molina sigue chupando y tiene una capacidad innata para sobrevivir. Da igual lo que haya hecho o no, no importa si es lista o no, es indiferente si iba de compras con la ex del ex Alcalde innombrable y se identificaba como amiga íntima de ambos. No importa que hubiera protagonizado el único recurso (interno) que hubo contra una adjudicación. No importa nada si se trata de Mónica García Molina.
Me contaba Cristina (mi amiga que trabaja en Génova) que se la quitaron de en medio. Se la endosaron a Sepúlveda. No la querían en ningún sitio. Esperanza Aguirre le permitió compatibilizar su cargo de asesora en Pozuelo y diputada regional (escaño al que llegó de rebote). En 2007, demostrada sobradamente su capacidad (Cristina se ríe), Esperanza se la quita de en medio en las listas de la Asamblea y Sepúlveda (dicen que presionado por su ex, Natalia Bosch) acepta, con ciertas dudas, meterla en Pozuelo. Esta era de las pocos concejales que tiraba demasiadas veces de la levita de Jesús Sepúlveda. Se iba con él, su jefe de Gabinete y dos pelotas más a desayunar día sí y día también. Dicen que jamás se enfrentó a él por nada. Era una palmera agradecida. Y, por arte de magia, repitió. Y, por suerte para ella, volvió a repetir.
Y evidentemente Pozuelo sufre las consecuencias de tan emérita concejala. Una consecuencia más es que siga sin poder escribir sobre mi querido Andrés Calvo Sotelo… pero pronto lo haré. Espero.
Sira Q.