Refugiados, ¿de verdad queremos ayudarles?
A todos nos gusta vivir bien. Es más, todos tenemos la esperanza de poder mejorar nuestro nivel y calidad de vida y, por supuesto, la de los nuestros. Desde pequeños hemos oído de nuestros progenitores que quieren para nosotros más de lo que ellos hayan podido tener… pónganle ustedes nombre a sus sueños que como, bien dice, el famoso anuncio, siempre serán caros.
No se conocen casos -bueno, siempre nos quedará algún testimonio de la clase política para apearnos de la burra- de personas que sueñen con un empleo peor, un sueldo más bajo y que se reduzcan los días de estío. A los ciudadanos de este país, llamado “ESPAÑA”, ¡qué le vamos a hacer!, nos gusta vivir bien.
Pero, en la actualidad, los medios de Comunicación y, muy especialmente, las redes sociales ponen diariamente frente a nuestros ojos las distintas realidades que acontecen a nuestro alrededor y que nos muestran que esta vida occidental que disfrutamos dista mucho de la realidad que tienen que sobrellevar todos los días millones de personas.
Sin duda esas imágenes, en tantas de las ocasiones, remueven la conciencia (¿ o serán los votos que puedan atraer?) : niños huyendo, ancianos indefensos, familias destruidas… Imágenes que nos denigran como seres humanos y que, a tanta buena gente de este país, la invita a echar una mano y procurar de su economía particular soluciones caritativas y de buena fe en apoyo de los mismos.
Y es a partir del dolor y las imágenes cuando aparecen nuestros guías de vida y hacienda para mostrarnos el camino a seguir y procurar todo tipo de soluciones, ante cualquier situación que pueda surgir en el campo de ayudar a los Refugiados.
La primera y más fácil, aparte de la demagogia comunicadora, es la pancarta de Bienvenida (en inglés) en la Casa Consistorial. Siguen a continuación las promesas y proclamas de todo tipo sin considerar (para qué) las dificultades añadidas de las personas que se encuentran en tan trágica situación: costumbres distintas, otras formas de pensar y de actuar, problemas psicológicos agravados por la dificultad de comunicarse, falta de empleo… No mentemos los temas religiosos, porque entonces todo se nos iría de las manos…
Hay siempre una constante ¿ populista? y cruel: son los políticos -fundamentalmente de izquierdas, ya se sabe que en esto hay clases- los que “ ayudan “. Eso sí, con el Presupuesto de todos, y son ellos los que decidirán: quién sí y quién no (las terroríficas cuotas ), aunque de momento ¿cuántos refugiados han llegado? ¿cuánto hemos podido acoger? ¿cuántas fotos se han visto de sus llegadas?
Yo les aporto una idea, además ejemplarizante para sus conciudadanos y que les llenará de votos, aunque sé que ustedes, seguro, ya la habían pensado, pero para no comprometer a nadie, no la habían puesto en práctica: de los millones de refugiados comprométanse con una sola familia, a su cargo, llévenla a sus domicilios, háganla convivir con ustedes, manténganla hasta que se puedan valer por sí mismos (escolarización para sus hijos, trabajo para sus padres, vivienda digna para que se pueda hacer independiente la familia…). Denle la oportunidad que tanto demandan a los distintos gobiernos a una familia -visto el patrimonio de algún alcalde, incluso podrían ser más- y muestren que es posible.
Dejen de predicar con el dinero de todos, ese capital del cuál no asumen ningún riesgo, y sean ejemplo con el suyo propio, por una vez pongan de manifiesto hechos que nos hagan pensar a los ciudadanos que los servidores públicos pueden ser, visto su ejemplo personal, los motores del cambio.
Como siempre, queridos amigos, en nuestras manos está.
Alfonso Nogueiro
PD : Sra. Pérez Quislant, desde Septiembre del 2015, ¿hemos dado algún paso, además de ser SOLIDARIOS? Esta pregunta es extensible a todos los Grupos que conforman el Consistorio de Pozuelo de Alarcón .