Secretarios de Estado de Carlos IV. Manuel de Godoy y Álvarez de Faria
El tercer Secretario de Estado de Carlos IV fue Manuel Godoy y Álvarez de Faria. Estuvo en el poder directamente 5 años e indirectamente otros 5 años como valido de los reyes, en los cuales el Secretario de Estado oficial fue Pedro Ceballos Guerra, casado con una prima suya.
Manuel Godoy y Álvarez de Faria nació en Badajoz en 1767 y murió a los 84 años, en 1851, en Paris. Secretario de Estado de Carlos IV desde 1792 a 1797 y valido desde 1801 a 1808. Fue político español, Duque de La Alcudia, de Sueca, Príncipe de la Paz, Generalísimo, Gran Almirante y príncipe de Bassano por concesión del Papa Pio VIII.
Hijo de José de Godoy y Sánchez de los Ríos, coronel del ejército, regidor perpetuo de Badajoz, y de María Antonia Justa Álvarez de Faria y Sánchez Zarzosa, de origen portugués y nacida en Badajoz. Ambos pertenecían a la nobleza.
En 1784, con 17 años, llegó a la Corte de Madrid. Fue admitido, por Carlos III, en la Guardia de Corps donde ya servía su hermano mayor, Luis.
En 1788, Godoy fue presentado a los Príncipes de Asturias. Dotado de un don de gentes extraordinario, se ganó la simpatía y amistad de Carlos y María Luisa. Desde este momento inicio una carrera meteórica con el apoyo de los Príncipes.
En el mismo año en el que fue presentado a los Príncipes de Asturias, estos ascendieron al trono a la muerte de su padre el Rey Carlos III.
En el primer mes de su reinado, Carlos IV asciende a Godoy a Cadete supernumerario con servicio en palacio. Al año siguiente, lo asciende a Coronel de Caballería, Caballero de Santiago y, tres años más tarde, a Mariscal de Campo, Gentilhombre de Cámara y Teniente General.
En 1792 se le concede el título de Duque de La Alcudia (en referencia al municipio valenciano de La Alcudia) y el 15 de noviembre, con 25 años de edad, es nombrado Secretario de Estado.
Tradicionalmente, se ha achacado el nombramiento a sus amores con la reina María Luisa. Actualmente, se empieza a defender la teoría de la necesidad que tenía el rey Carlos IV ante la delicada situación de la monarquía, de contar con un hombre nuevo en el Gobierno, de su confianza, leal únicamente a él y libre de las influencias de Floridablanca y del partido aragonés de Aranda.
Favoreció las enseñanzas de las ciencias aplicadas y la protección de las Sociedades Económicas de Amigos del País. Aplicó la llamada desamortización de Godoy de bienes pertenecientes a hospitales, casas de misericordias y hospicios regentados por comunidades religiosas. De talante ilustrado redujo los monopolios gremiales, apoyo la ley agraria, suprimió algunos impuestos y liberó los precios de las manufacturas.
El rey, para facilitarle la labor, lo hizo Grande de España y lo casó con una prima suya, María Teresa de Borbón Vallabriga, condesa de Chinchón. Haciéndolo poderoso, tendría autoridad frente a las élites nobiliarias.
En difíciles circunstancias internacionales, las primeras acciones de su gobierno se encaminaron, en el plano exterior, a intentar salvar al rey de Francia de la guillotina. En el plano interior, trató de llevar a cabo un programa reformista con el fin de limitar y controlar el poder de la alta nobleza. Esta política le generó un amplio rechazo de la aristocracia y del clero.
La muerte del rey Luis XVI, guillotinado en enero de 1793, llevó al gobierno de España a firmar con Gran Bretaña el Tratado de Aranjuez.
Este Tratado, que puso fin a 60 años de pactos de familia con los Borbones franceses, fue parte de los tratados internacionales que dieron lugar a la Primera Coalición contra la República francesa patrocinada por Inglaterra y formada por: Austria, Prusia, Nápoles, Cerdeña, Reino Unido, Provincias Unidas, Portugal y España.
La Guerra de la Convención, o la Guerra del Rosellón, comenzó con la entrada de las tropas españolas, al mando del General Antonio Ricardos, en el sur de Francia, en el Rosellón y la Cerdaña, en abril de 1793. Los primeros meses fueron de triunfos españoles culminando, en septiembre, con la victoria de Truillás.
A partir de entonces, la falta de suministros obligaron a los españoles a pasar a la defensiva. Sin medios para continuar la guerra, y después de la muerte de Ricardos, la iniciativa pasó a manos francesas que lograron arrojar a los españoles del Rosellón.
La guerra dura dos años más combatiéndose en territorio español. Los franceses llegan a ocupar Miranda de Ebro. Godoy se ve obligado a firmar por separado la paz con Francia, la Paz de Basilea, en julio de 1795.
Al año siguiente, con el Tratado de San Ildefonso, volvieron a cambiarse las alianzas globales de España, pasamos a ser aliados de los franceses y a enfrentarnos a la vieja enemiga de siempre, Gran Bretaña. Esto dio lugar a 12 años de guerra contra Inglaterra y la pérdida del poder naval español en Trafalgar.
Por la Paz de Basilea, Godoy fue nombrado Príncipe de la Paz, título que se unió a los que ya detentaba: Duque de La Alcudia con Grandeza de España, Caballero del Toisón de Oro, Gran Cruz de la Orden de Carlos III, Marqués de Álvarez, etc.
Las guerras entre España y Reino Unido, en esta época, eran guerras que se desarrollaban en todos los mares conocidos y en, al menos, dos continentes, Europa y América. Así:
- En el Atlántico, en 1797, sucedieron las siguientes acciones: En febrero, derrota de la escuadra española, mandada por el Teniente General José de Córdoba, en el combate de Cabo San Vicente a pesar de gozar de una superioridad, en buques, de 2 a 1 respecto a la Armada inglesa. En abril, bloqueo y ataque a Cádiz por la flota vencedora. La ciudad estaba defendida por el Almirante Mazarredo, que obligó a la fuerza enemiga a abandonar el ataque a la plaza, aunque el bloqueo continuó hasta 1802 con la Paz de Amiens.
Durante el ataque a Cádiz, el Almirante Horatio Nelson, con una parte de la escuadra asaltante, decidió atacar Tenerife con el objetivo de apropiarse de las Islas Canarias. El ataque se llevó a cabo en julio y significó la mayor derrota sufrida por Nelson en su larga vida como almirante. Resultó herido en el codo derecho y por complicaciones en dicha herida, le tuvieron que amputar el brazo.
- En América, en febrero de este mismo año, España perdió la isla de Trinidad. En abril Puerto Rico resistió el ataque inglés.
Todas las acciones ocurridas en este año, en ambos continentes, fueron acciones defensivas, la iniciativa era del enemigo y las tropas españolas se limitaban a resistir, y a veces vencer, los ataques enemigos. La excepción fue la expedición franco-española a las costas de Terranova, Labrador, San Pedro y Miguelón llevada a cabo con éxito en agosto del año anterior, en 1796.
Los acontecimientos militares del año 1797 fueron cruciales en la vida de Godoy. El bloqueo inglés impidió la llegada de caudales americanos, dando lugar a que a la crisis política y militar se uniera una crisis económica y social devastadora, las malas cosechas contribuyeron a ello.
El gobierno perdió el interés en los diferentes sectores económicos, sin fuerza para cambiar el modelo de crecimiento económico e industrial. Cualquier cambio suponía atacar los principios tradicionalistas a los que el pueblo, la nobleza y la iglesia se oponían. España estaba arruinada y todas las medidas que se intentaron aplicar para su solución tuvieron que ser retiradas por presiones de los tradicionalistas.
Las pocas medidas que se tomaron, como la destrucción de los gremios y el reparto de tierra entre los campesinos, eran medidas copiadas de la Revolución francesa.
La debilidad de Godoy y la del país, le convirtieron en motivo de desprecio y manipulación del Primer cónsul, el futuro emperador Napoleón.
Para apuntalar su situación y oponerse a los tradicionalistas, en 1897, Godoy, que necesitaba el apoyo de los reformistas, formó un gobierno con lo más granado de la Ilustración española, políticos marginados que habían desempeñados cargos relevantes con Carlos III. Entre ellos: Jovellanos, Mariano Luis de Urquijo, Francisco Saavedra, Francisco Cabarrús y Juan Meléndez Valdés. Era un gobierno ilustrado que no aprobaba al Secretario de Estado, Godoy, que los había llamado y nombrado Secretarios de Departamentos o Embajadores.
La política, y sus relaciones con su amante Pepita Tudó, le habían distanciado de los reyes, sobretodo de la reina.
Los reyes eligen para su esposa a María Teresa de Borbón y Vallabriga, hija del Infante Don Luis y prima hermana del rey, Condesa de Chinchón, con la que se casó en 1797 y de la que tuvo una hija. De su segunda esposa, durante muchos años su amante, tuvo otros cuatro hijos de los que sobrevivieron dos.
Ninguna de las dos acciones anteriores, apoyarse en los reformistas ni aproximarse al rey con su matrimonio, impidió su primera caída en marzo de 1798.
Las presiones intolerables del déficit nacional de 800 millones de reales, la ruina del Banco de San Carlos y con ello el agravamiento de la crisis económica y el abandono del Directorio, hicieron que Godoy presentara al rey su dimisión irrevocable.
Después del Motín de Aranjuez, preso en el Castillo de Villaviciosa y despojado de todos sus bienes, salvó la vida gracias al general francés Murat que lo trasladó a Bayona donde conoció, por primera vez en persona, a Napoleón.
Fiel a sus reyes los siguió en su exilio, primero en Compiegne, después en Marsella y por último, y debido a su participación en un plan de fuga a Roma, alentado por Gran Bretaña, la llamada conspiración de Midi.
La muerte de su esposa, en 1828 en Paris, de quien estaba separado debido a sus infidelidades, le permitió casarse con su amante de toda la vida, Pepita Tudó, con quien tenía dos hijos y para quien solicitó los títulos de condesa de Castillofiel y vizcondesa de Rocafuerte.
En 1832 se instaló en Paris donde Luis Felipe de Orleans le concedió una pequeña pensión para que escribiera sus memorias.
Rehabilitado por Isabel II en dos reales decretos de 1844 y 1847, le devolvieron sobre el papel todos sus títulos y bienes, excepto los de Príncipe de la Paz, Generalísimo y Gran almirante. A partir del segundo decreto volvió a cobrar sus sueldos. Del resto de bienes no se le restituyó ninguno, los pocos que se le podían restituir, fueron declarados bienes nacionales por la Primera República y vendidos en subasta pública.
A su muerte, en 1851, fue enterrado primero en Francia, en la iglesia de Saint Roch, luego se le traslasdó al cementerio de Pére-Lachaise donde permanece al pie de una lápida con su retrato.
En 2008, la ciudad de Badajoz decidió construirle un monumento en la plaza de San Atón, lugar donde se encontraba el seminario donde estudió de joven y con la intención de depositar los restos si, algún día, se cumplen los trámites para realizar su traslado desde París.
Como nuevo Secretario de Estado, fue nombrado el ilustrado Francisco Saavedra.
Joaquín de la Santa Cinta. Ingeniero aeronáutico, Economista e Historiador.