La iniciativa política de la alcaldesa Quislant, tras la remodelación de su Gobierno, parece seguir parada mientras la oposición calienta poderosos motores
Hasta hace unos días, pensaba que el Gobierno de Pozuelo no tenía iniciativa política. Desde hace siete meses está parado. En punto muerto. En realidad, está con el motor parado desde hace seis años pero lo pasado, pasado está, y ahora es tiempo de analizar la actualidad.
Hace unos días, pensé que la señora Quislant había hecho su pequeña remodelación de Gobierno para buscar esa iniciativa política que necesita. Pero, hoy, debo decir que me temo lo peor.
Es cierto que desconozco, por ejemplo, las mociones que llevará la semana que viene al Pleno del Ayuntamiento pero, por el ambiente político que transmite, aquí parece que de lo que se trata, políticamente hablando, es de pasear a Eduardo Oria, nuevo hombre fuerte del Gobierno, inaugurando fuentes o contenedores de aceite para reciclar. Y me llama la atención tan aparente abandono. Y lo peor es que no se barrunta una gran iniciativa política en los próximos días.
He hablado muchas veces de este abandono político. Lo empezó Aguado, aquel alcalde que no quería serlo. Lo siguió Adrados porque no quería llamar la atención y, a fin de cuentas, Pozuelo le daba igual y le está siguiendo Quislant. Esta última porque me temo que no sabe qué hacer.
Dicen mis amigos del PP que siempre soy muy duro con el Gobierno de Pozuelo. Puede ser así. Amo a esta ciudad y soy exigente con quienes la gestionan. Pago mis impuestos. Y el PP de Pozuelo o la propia alcaldesa no parecen enterarse de nada. Siguen haciendo política de la vieja escuela. De aquella forma de hacer política que emplea el propio Presidente Rajoy. Política de no hacer nada. Sólo gestión. Todo lo demás vendrá por añadidura.
Pero ese tiempo pasó. Ya no es así y a las pruebas a nivel nacional me remito. La política, amigos del PP, y lo he dicho muchas veces, no es sólo gestión. Porque si fuese gestión estaríamos en manos de los gestores y, entonces, que Dios nos cogiese confesados.
La política es de los políticos y la política, en su propia definición, tiene una gran parte de riesgo e imaginación. Y, en Pozuelo, la señora Quislant no se ha arriesgado a nada hasta ahora ni se vislumbra que vaya a arriesgar nada. De imaginación, mejor no hablo. Confía en su mayoría absoluta y se dedica a sestear. A inaugurar fuentes y contenedores de aceite usado. A nada. De vez en cuando se va a la FMM porque piensa que esa institución es importante ya que la sacan en Telemadrid y a otra cosa, mariposa. En Pozuelo, nunca pasa nada. Tampoco hay que preocuparse demasiado.
Se dice en política que, si abandonas la iniciativa, como en el fútbol, esa iniciativa la coge el otro. Y debe ser cierto porque, en nuestro caso, la iniciativa está pasando a manos de la oposición.
Vale que todas las iniciativas se estrellarán contra 14 manos alzadas en el Pleno. Pero la señora Quislant no se ha dado cuenta de que esa oposición ya no solo se está haciendo en el Pleno sino que ya se está haciendo en los medios de comunicación y en las redes sociales. Y eso es sacarla a la calle. Y eso es como el chirimiri del norte, un calabobo. Una llovizna política que, cuando te quieres dar cuenta, te ha cambiado el voto.
Viene todo esto a cuenta por la política de comunicación que está llevando a cabo el Gobierno y la que está empezando a llevar la oposición.
Somos Pozuelo, por ejemplo, ya habla de fraude (dentro de nada lo hará de corrupción) en los contratos de jardinería. Posiblemente, no podrá probar nada porque, de lo contrario, ya habría ido a un juzgado de guardia y que se estrellará contra la mayoría absoluta pero su mensaje terminará calando, que es lo que quiere.
Ciudadanos ya está trabajando en temas relacionados con la propia aplicación del Reglamento del Pleno. Hoy, algo sin mucha importancia aparentemente. Pero ya que le está sirviendo para decirle a los vecinos que el Ayuntamiento les está tangando pasta en el tema del agua y del alcantarillado.
Y el PSOE, me cuentan, está trabajando en varios temas muy serios. Uno de ello puede ser un escándalo de importantes dimensiones.
Y mientras tanto ¿qué hace el Gobierno?
Eso quisiera saber yo…
El Capitán Possuelo