Me temo que, como el PP salga del Gobierno de la nación, en el Ayuntamiento de Pozuelo lloverán asesores y algo más
Y pasaron las elecciones. Quizá con unos resultados que no han llenado a ninguna formación política. Por una parte los ganadores en minoría, el PP. No llegaron a los ansiados 140 diputados. Esta premisa era primordial para poder pactar con otras fuerzas políticas para conseguir un gobierno estable.
Por otra, el PSOE. Sus resultados han sido un fracaso en todos los niveles, pese a que nuestro vecino y todavía Secretario General Pedro Sánchez intente vender semejante derrota como un sentimiento de “cambio” en la Sociedad Española (Mi amigo Alfredo P. se acuerda de la que le cayó en las elecciones de 2011. Paísssss).
Ciudadanos se ha quedado a mitad del camino. Sus bandazos en la campaña y su descarada postura de perfil le han pasado factura en unas expectativas que le daban como el partido bisagra y garante de la estabilidad española. Y Podemos pensaba que iba a comerse literalmente al PSOE y lograse incluso un pacto cocktail que sustituyese los trajes por jerséis de saldo en el Gobierno de la Nación, prometiendo independencias, consultas y tanta participación ciudadana al estilo de sus mentores chavistas; es decir, humo y dictadura bolivariana.
De IU mejor no hablar. Cierto que la Ley Electoral les perjudica, pero los tiempos de Anguita han pasado sustituyendo a personajes tan pobres política e intelectualmente como Alberto Garzón. Una pena. En fin. En próximas fechas veremos auténticos espectáculos circenses para conseguir el ansiado puesto de inquilino del Palacio de La Moncloa. Aunque sólo sea por unos meses. La moqueta tira mucho.
¿Y en Pozuelo? El Diario amigo se hace eco de unas declaraciones de nuestros dirigentes locales en los que se jactan de unos grandes resultados obviando el ascenso de Ciudadanos. Incluso, parecen insinuar que esa recuperación de votos se debe a su espléndida gestión. Al final, y después de leer muchas declaraciones no me ha quedado claro si el “éxito” ha sido por tener una alcaldesa foránea con un equipo que mayoritariamente no vive en Pozuelo, por sus intervenciones ridículas en las redes sociales, por su desdén al Pleno, por el tirón de Rajoy (¿?) o porque es princesa. (Menuda metedura de pata y afán de protagonismo de cara a la galería genovesa). Al mal tiempo buena cara. Y cualquier resultado meramente satisfactorio consigue que todos se intenten colocar las medallas, ignorando que los ciudadanos de Pozuelo votamos pensando en clave estatal y no en la Alcaldesa, la Ex, los pretendientes y las cacicadas mostoleñas y del sobrinísmo y ¿matemático? de la senadora Elorriaga.
Pero claro, uno tiene memoria histórica. No en vano lleva unos cuantos alcaldes en nuestro municipio. Y recuerda especialmente aquellas accidentadas elecciones de 2004, trágicamente manchadas con la sangre de las víctimas del atentado de Madrid, que dio lugar a una victoria inesperada de Zapatero desalojando al Partido Popular del Gobierno. Y recuerdo también como el entonces alcalde Jesús Sepúlveda tuvo que hacer hueco e inventarse unos puestos de asesores, alguno de ellos reconvertidos a funcionarios de carrera por el artículo 33, y colocar a aquella gente que se había quedado en la calle.
Esta situación se puede repetir. El PSOE quiere gobernar a cualquier precio. Podemos es un tiburón cuyas fauces acechan a la formación de la Calle Ferraz y está dispuesto a ponerse de nuevo la piel de cordero encima de su cuerpo de lobo. Y Ciudadanos, con esos complejos que tienen de contigo pero sin ti, no descarta tampoco llegar a un acuerdo de cambio. Es lo que hemos votado los españoles. Ya veremos cuando tendremos que hacerlo de nuevo. Sea lo que sea la cita con las urnas no se me antoja muy lejana.
¿Y qué pasará entonces? ¿Volverán las presiones desde Génova para colocar a esos amiguetes que se han quedado en la calle? ¿Habrá que justificar que se necesita un ejército de tropecientos asesores porque “Pozuelo necesita modernizarse”? No me extrañaría. Para eso tienen el superávit municipal. Pero ya no sólo existe el problema de colocar a estos compromisos genovenses. Adrados masculla volver a ser candidata en Pozuelo. Y no lo hace porque le disguste ser Presidenta de la Asamblea, que está encantada. Quizá vea Pozuelo como la aldea irreductible de la Galia de Astérix que resiste las embestidas de las hordas de la izquierda. Y quizá pase por su cabeza que debía de haberse pensado dos veces abandonar el sillón municipal aunque no le gustase en absoluto la vida social que conlleva. Pero como animal político que es, sabe que ese puesto tendrá muchos novios y novias. De ahí que no quiera dejar la Presidencia del PP de Pozuelo, para disgusto de Quislant. Sabe que la alcaldesa accidental no tiene apoyo ni entre los afiliados ni entre sus concejales, y más después de haberse echado en brazos de Esperanza Aguirre.
Pero Adrados sabe también que si no hay elecciones en Mayo, mucho peso pesado pondrá la vista en la cornisa noroeste de Madrid, y en especial en Pozuelo. La alcaldesa accidental es una anécdota comparado con cualquier contrincante que pretenda desde fuera optar a esta plaza. Así que mejor habrá que ir avanzando posiciones. Además, habrá otra serie de compromisos similares a Mónica García, Isabel Pita, Diego de Aristegui y demás nombres de la nobleza genovense que haya que colocar. Quién sabe. A lo mejor tendrán que dejar su puesto a alguien con más méritos políticos y tengan que dedicarse a la dura vida civil.
¿Qué hará Tejero, Oria, Rivas y Gil, por poner unos ejemplos? Según parece su vida laboral fuera de la política es tan corta como la inteligencia de sus directores-asesores municipales de área. La tragedia se puede empezar a visionar en los próximos meses. Por no hablar de los movimientos del clan de Floridablanca… Pero esa es otra historia.
J. Garcis