¿Quién teme al federalismo? Un artículo de Tono Rueda
España es, de facto, un sistema federal.
Aunque a los estados les llamemos autonomías, su capacidad legislativa y ejecutiva les dota, en muchos casos, de mayor independencia respecto al estado de la que se puede disponer en otros sistemas claramente federales.
Y lo peor es que el reparto es asimétrico, es decir, algunos de esos “Estados-Autonomías” tienen privilegios respecto al resto, como es el caso del País Vasco o Navarra en temas fiscales.
En un sistema federal simétrico todas las autonomías, o estados, deberían tener el mismo trato, de esta manera se garantiza que todos los españoles lo tengan también a su vez.
Este sistema requeriría una reforma de la constitución, en la que bien cabría, además, modificar el reparto de competencias para solucionar errores que llevamos muchos años viendo que perjudican claramente a los ciudadanos. Entre estos cambios el más importante sería la devolución al estado de las competencias de la Educación y la Sanidad, dos pilares fundamentales para el desarrollo de nuestra sociedad que hemos visto como, en manos de las autonomías, han llevado al adoctrinamiento nacionalista en el caso de la educación o a la desigualdad de trato en el caso de la sanidad.
Visto así parece que este sistema, que a algunos les parece que sería la destrucción de España y a otros les parece la panacea del nacionalismo , no sería más que una racionalización del injusto y asimétrico reparto de competencias que actualmente crean desigualdades entre nuestros conciudadanos y, ¿Saben a quién les da más miedo? Pues a los nacionalistas
Los partidos nacionalistas han estado décadas viviendo del cuento de “conseguir” su gestión, en muchos casos, ha dejado mucho que desear, pero unas elecciones tras otras han vendido a sus seguidores haber conseguido “cosas” del estado, y es que nuestros gobiernos han necesitado de su apoyo muchas veces para aprobar sus presupuestos o sus leyes, y siempre ha sido a cambio de algo. Cada beneficio que un partido nacionalista ha conseguido por apoyar a un gobierno de la nación ha sido un gran triunfo que han vendido a sus acólitos como trofeo arrebatado a España, mientras adoctrinaban a generaciones en el odio a España.
Todo esto no sería posible con el modelo de estado que propone UPyD, porque es un modelo que garantiza la igualdad de los españoles, por encima de los intereses de los nacionalistas y de sus reinos de taifas.
Por eso son ellos, los nacionalistas más acérrimos, los que más temen a un sistema federal simétrico, porque no podrían conseguir esos privilegios que hasta ahora les han servido para ocultar su incapacidad para gestionar con eficacia, porque no podrían ocultar que, si algo no funciona en sus comunidades autónomas (o estados-autonomías) no será por el diferente trato que se les da desde el estado, sino por su gestión de los recursos públicos.
El problema es que eso de Estado Federal suena fatal, ¿no? Suena a desmembramiento… Pero ¿ustedes han oído a algún alemán decir que no es alemán sino bávaro o renano? O ¿han oído a algún estadounidense decir que no se siente tal, sino californiano por ejemplo? No, en esos países, con sistema federal, nadie dice tal cosa, ni se les ocurre pitar al himno nacional ni quemar su bandera, y sin embargo miren aquí, con nuestro estado de las autonomías.
Creo que es el momento de perder el miedo a progresar, a hacer cambios que nos permitan mejorar nuestra convivencia y garantizar la igualdad entre todos los españoles y para eso es fundamental un cambio de modelo de estado que sustituya al ya gastado sistema autonómico, que se ha convertido más bien en el estado de los reinos de taifas.
José Antonio Rueda, ex concejal de UPyD de Pozuelo