¿Tu carácter depende del mes en que naciste?
Llevamos años y años de tremendos enfrentamientos entre la ciencia y algunas consideradas por los investigadores como pseudociencias, tal como sucede con la Astrología. Pero según hemos sabido a través de una información escuchada en Cadena Dial, parece que la ciencia ha empezado a reconocer que la época del año en la que nacimos podría tener una notable influencia en el carácter y en nuestra forma de enfocar la vida y las relaciones personales.
Al parecer, la información provendría de unos datos aportados por investigadores de la Universidad de Budapest, como consecuencia de un estudio cuyos resultados han sido presentados en un Congreso del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología, celebrado recientemente en Berlín.
Los científicos han dicho cosas tan curiosas como que “El temperamento ciclotímico (caracterizado por cambios muy rápidos de humor) es significativamente más frecuente en los nacidos en verano que en los nacidos en invierno, que el temperamento hipertímico (tendencia a ser excesivamente optimista y energético) es significativamente más frecuente en las personas nacidas en primavera y verano que en los nacidos en otoño e invierno.”
Y también que “Las personas nacidas en invierno tienen menos tendencia a la irritabilidad que las nacidas en cualquier otra época del año y que las personas nacidas en otoño tienen una tendencia a la depresión significativamente menor que las nacidas en invierno.”
Uno no es tan versado en Ciencias Ocultas como para saber si las anteriores conclusiones coinciden con las premisas que establece la Astrología referentes a los caracteres humanos. Obviamente no concedemos ninguna calificación de veracidad a los supuestos vaticinios astrológicos cuando nos anuncian que el próximo mes va a ser muy favorable para la economía de los Sagitario o para las relaciones amorosas de los Libra. Evidentemente, el error tradicional proviene de ese afán por conocer anticipadamente el futuro, cuando en realidad no existe UN SOLO futuro, sino muchos posibles futuros dependiendo de nuestros actos, los ajenos y mil factores más que nos afectan.
Pero, sin embargo, tiene su miga que la ciencia vaya reconociendo poco a poco las numerosas influencias que ejerce sobre nosotros ese tremebundo Universo en cuyo seno indefectiblemente nos hallamos. Hace ya muchos años se demostraron hechos tan sorprendentes como que las células de nuestra sangre reaccionan adelantadamente al amanecer, como si pudieran ver con anticipación el momento de la salida del Sol, o cómo una especie de gusanos marinos aislados de todo estímulo externo dentro de un tanque situado en un laboratorio, sentían de alguna forma la perturbación gravitatoria ejercida por la Luna cuando pasaba sobre la vertical del laboratorio donde se hallaban los bichejos.
De todos modos, tampoco hagan mucho caso a esas sabidurías populares que dicen cuando podar un árbol, cortar las uñas o el pelo según nos hallemos en una u otra fase de la Luna, o que nuestro plateado satélite influya sobre el sexo de los bebés.
Y si les anuncio tales advertencias, es porque quien les escribe estas líneas es Escorpio, y por lo tanto, rematadamente escéptico.
¡Hasta ahí podríamos llegar!
Abelardo Hernández