Crónica del domingo pasado, 27-S, en Cataluña. Yo estuve allí
No es la primera vez que acudo para ayudar y echar una mano a mis compañeros del PP Catalán y seguramente no será la última. Pero esta vez, me tocó vivir una de las anécdotas del día. Aquella mañana en la Estación de Sants de Barcelona una marea humana del PP llegó para apoyar a nuestros compañeros. Los pelos se me erizaron y pensé que la grandiosidad de un partido político no se mide por los resultados, aunque también, se mide por el apoyo humano que tiene. Y al PP, apoyo humano no le falta y no le faltó, tampoco esta vez, aunque sí votos.
Fue impresionante ver a algún Consejero, a Directores Generales, diputados, senadores… pero lo más importante, cientos y cientos de afiliados, alcaldes de pueblos que saben lo que es dar el callo, concejales. Todos unidos por una justa causa: apoyar a nuestro partido y defender España.
Se habían levantado a las 5 de la mañana, algunos antes. Y allí llegaban desde Madrid, Guadalajara, Zaragoza. Otros llegaron desde Valencia. Todos con una sonrisa y con el ánimo arriba.
Todos nos subimos en autobuses que nos distribuían por diferentes colegios electorales. El mío, el 19. El colegio, en el distrito de Sarriá. Cuando entramos Marta, África, Manu y yo vimos una veintena de periodistas. No entendíamos nada. Votaba Artur Mas en ese colegio. ¡Qué casualidad!
Empezamos a recoger las actas de constitución y casualmente la presidenta de la mesa en la que votaba el del SI nos dijo que no podía dárnosla, en ese momento. Media hora más tarde seguíamos esperando a que la buena señora se decidiera a entregarnos un documento que tiene obligación de dar a todos los representantes de los partidos políticos.
Un periodista se me acercó y me pidió que me apartara para tener una visión mejor de la foto de Artur Mas, un tipo de prensa de la Generalitat nos invitaba a marcharnos de ese “espacio”. Le contestamos que nos marcharíamos y les dejaríamos visión para hacer la foto a este señor en cuanto la presidenta nos diera el acta que llevábamos más de media hora esperando.
Dicho y hecho. La presidenta tardó menos de un minuto en entregarnos el acta, escuchó toda la conversación con los periodistas y tuvo “miedo” de que algo saliera mal en la foto de su President.
Y Artur entró al colegio. África y yo nos marchamos al otro extremo de la sala para no generar tensión. Pero la había, y mucha. Empezando porque una joven interventora del Junts Pel Si se sentó en la mesa en la que iba a votar Artur y no era la interventora que correspondía. Pero era más “mona” y quedaba mejor en la foto. Ningún otro partido estaba sentado en la mesa.
Empezamos a ver cómo se formaba una especie de pasillo y pregunté. La respuesta fue increíble, para que pasara el President y votara. Nosotros no podíamos permitir que este señor se saltara una fila de votantes porque era quien era. Era un escándalo. Lo denunciamos allí mismo. Y Artur Mas tuvo que guardar cola, como todos los demás. Pero la fila estaba hecha.
Finalmente, el del SI llegó a votar. De repente oímos, ¡Viva España!. Empujones, patadas, gritos, cánticos de independencia. Todas las cámaras enfocándonos a nosotros. Una bandera española se desplegó detrás de mi cabeza, con carteles de VOX. Nuestra reacción pacífica levantar las carpetas del PP, en silencio.
Pensé que nos llevaban a todos por delante, la verdad. ¿Estaba en peligro la integridad de Artur Mas? No, para nada. Estaba en peligro la nuestra.
Vimos como tiraban a uno de los chavales al suelo con los enloquecidos secesionistas gritándoles y allí nadie hacía nada. Pedí a los periodistas que lo grabaran y denunciaran lo que estaba pasando, eran tan jóvenes.
Allí nadie hacía nada. Sólo insultar, gritar.
Pero esos chicos se marcharon. Y en la salida, pocos muy pocos les aplaudieron. Y un “loco” gritó VIVA ESPAÑA. Y en el acaloramiento y con toda la indignación del trato que recibieron esos jóvenes y porque me pareció demencial y porque lo sentí, respondí “¡VIVA!”.
Todo volvió a la normalidad catalana. Es decir, los de Junts Pel Si siguieron saltándose la Ley electoral española, pues no les afecta las leyes más allá del Ebro, palabras textuales de un apoderado secesionista a nuestro compañero Manu. Hicieron lo que quisieron y en el recuento final se alegraron de la caída del PP y sonrieron y se cachondearon de los resultados de Ciudadanos.
Los de MAS decían que los apoderados del PP cobrábamos por estar allí. Que lo sabían de buena tinta. “Enmerdando y mintiendo”, como siempre.
Nosotros salimos un par de veces con nuestra escarapela del PP. Sentimos el rechazo de la gente. Miradas e incluso quisieron callarnos en plena calle, en una terraza. Pero no pudieron.
No creemos en la provocación, pero mucho menos en la violencia.
Ellos buscan intimidarte y desde aquí doy un aplauso merecido a todos nuestros compañeros afiliados en Cataluña. Allí ser del PP es un lastre, ser de Ciudadanos es la moda y ser de Junts Pel Si o la CUP, es ser buen catalán.
Este fue ese gran día.
Todos volvieron en tren. Y en la estación de Sans a las once de la noche. Entre la tristeza de no obtener el resultado esperado y el cansancio, surgió una nueva ilusión. Dormida en los últimos años. Una ilusión que nos une a todos los afiliados del PP desde hace muchísimos años. Contribuir a una España mejor.
¡Viva España!
Gracias.
Yolanda Estrada