El escándalo Quislant en torno a la obra “Juicio a una zorra” es el resultado de su escasa capacidad política y su nula preparación para el cargo
(24-08-15) No sé por qué me escandalizo con lo denunciado por Miguel del Arco la semana pasada. No lo sé. Era de esperar. De donde no hay no se puede sacar y, desde el momento en que la Olvidable hizo pública la lista del PP a las elecciones municipales , todo era posible. Incluso, esto. Adrados hizo una lista de perfil político muy bajo y lo denunciado por del Arco no es más que consecuencia directa de ello. Causa de la causa es causa del mal causado. La censura ejercida por Susana Pérez Quislant y Mónica García Molina sobre la obra “Juicio a una zorra” no es más que el resultado de su escasa capacidad política.
Pero la culpa no es de Susana Pérez Quislant ni de Mónica García Molina, pobres, la culpa es de quienes permitieron que ocupasen los cargos que ocupan en una ciudad espejo-lupa, como es Pozuelo de Alarcón, donde se refleja y se agranda cualquier error. Normal. La envidia es el deporte nacional.
Pozuelo de Alarcón es tan grande y tan importante que merece un cuidado especial por los responsables del PP pero nunca se lo han dado porque consideran que aquí siempre juegan en casa. Es un error mayúsculo. Política del revés. Esta ciudad debería ser una ciudad franquicia de la derecha, lo es, y por ello debería estar cuidadísima en todos sus aspectos políticos para que sirviera de ejemplo, pero el PP hace todo lo contrario desde hace años. La tiene abandonada porque casi se avergüenza de ella. Encefalograma político plano. Es de locos. Pozuelo tiene todas las posibilidades del mundo pero eso al PP le da igual.
¿Quién es Susana Pérez Quislant para que le hayan dado la responsabilidad máxima en esta ciudad? ¿Cuál es su currículum? ¿Con quién ha empatado?
Es cierto que Quislant lleva toda su vida en política pero eso no quiere decir que sea política. Quislant es consecuencia de esa tendencia que hubo en el PP, hace unos años, en la que primaba la gestión sobre la política. Lo importante es gestionar. Así les va.
Susana vino a Pozuelo, hace cuatro años, en el número 11 de la primera lista de la Olvidable. Sus jefes no debieron ver, en aquel momento, mucha capacidad política si la pusieron en un número tan alto. De hecho, no hizo nada reseñable en toda la legislatura. Miento, tuvo errores graves como fue el caso de la Gerente de Urbanismo. Pero ese error, por aquello de primar la gestión, no contó y la Olvidable la pasó a ser el número dos de su lista electoral.
Adrados estaba loca por irse de Pozuelo, y terminó yéndose, y que por arte del birlibirloque y la anuencia de una acabada Aguirre que sobrevive a base de dar tumbos, Pérez Quislant terminó siendo la máxima autoridad de una ciudad que la desborda, que la sobrepasa y que lo menos que necesita es gestión. Pozuelo necesita Política, con mayúsculas. Pero Susana es su antítesis.
Lo que ha ocurrido con la censura de la obra “Juicio a una zorra”, por mucho que se empeñe Javier Romero (jefe de prensa in pectore) en negarlo, no es más que consecuencia de su falta de capacidad política y, lógicamente, de su escasa preparación para el cargo.
Susana Pérez Quislant, desde el momento en que eligió a Mónica García Molina como concejala de Cultura, mostró claramente la idea que llevar a cabo en Pozuelo. A la alcaldesa Quislant le da miedo la cultura porque no puede cuantificarla y toma medidas preventivas. La cultura no son números y ella no sabe manejarla. Es más, tras el incidente con la obra de Miguel del Arco, se observa que prefiere tender sobre la cultura una especie de tutelaje que impida que se le vaya de las manos. La cultura es cosa de la izquierda y hay que tener cuidado con ella.
Desgraciadamente, esa es su mentalidad.
Si la cultura, y lo he dicho muchas veces, será lo que salvará a Pozuelo de Alarcón, para este Gobierno aún no toca en esta legislatura. Y lo sucedido es un ejemplo claro. Al primer tapón, zurrapa.
Ahora está vendiendo que no ha pasado nada y que Miguel del Arco puede venir cuando quiera a Pozuelo. No sé qué hará el dramaturgo. Ojalá vuelva. Pero lo cierto es que la torpeza de esta alcaldesa ha sido reflejada y aumentada por el espejo-lupa que es esta ciudad y sobre ella ha caído un nuevo baldón que costará levantar. Para nuestra desgracia.
El Capitán Possuelo