Hay que empezar a asumir la derrota y a aceptar que Cataluña y el País Vasco se independicen, es lo mejor para todos
(03-05-15) Lo dijo, hace muchos años, un poeta comunista peruano llamado César Vallejo: “Cuídate España de tu propia España”. Nunca pensó aquel hombre que su advertencia llegase a ser tan premonitoria en estos días.
España se ha cuidado de su propia España pero no parece que haya sido suficiente. Nunca es suficiente lo que se le dé a esa parte de España separatista. Es imposible contentarlos. Son insaciables.
Ahora, en base a una adulterada libertad de expresión, esa parte de la España insaciable ha conseguido, incluso, que aquella izquierda que tanto amaba a España apruebe y quite importancia a la multitudinaria pitada al rey Felipe VI y al Himno Nacional del sábado pasado en Barcelona. Confundiendo valores. Como La Paloma de Alberti, otro poeta comunista que también amaba a España.
Ahora, muchos españoles, especialmente de izquierdas, no quieren ver que lo del sábado en el Nou Camp no fue libertad de expresión sino insulto. Y el insulto nunca puede ser libertad de expresión. Y allí se insultó a todos los españoles en sus propios símbolos. Y los insultos se castigan en el Código Penal vigente. Creyó que el trigo era agua.
Esta izquierda también asegura, para justificar el desmán, que aquellos energúmenos únicamente se representaban a sí mismos y sólo constituían una pequeña minoría entre los diez millones de personas con que cuentan las Comunidades Autónomas de Cataluña y el País Vasco. Pero todo es una falacia para disimular el resentimiento que ellos mismos también le tienen a esta España. Todo ya es discutido y discutible. La semilla del Pensamiento Alicia ha enraizado. La izquierda española cree parecer más progres apoyando a los independentistas y los apoyan. No pasa en ningún lugar del mundo.
Personas que considerarían vejatorio e inadmisible que se silbara al himno catalán o al vasco encuentran comprensible (“hay que dejar que la gente se exprese si quiere hacerlo”) que se abuchee al Himno Nacional o al Jefe del Estado de todos los españoles.
Por eso creo que hemos llegado a un punto sin retorno. No hay vuelta atrás. Basta ya.
Si se habrá ido lejos con el tema que ni siquiera una Comisión Antiviolencia en el deporte, que puede castigar con una dureza inusitada a un aficionado al fútbol que llame negro a un jugador negro, solo para mermar sus condiciones físicas y técnicas y no por racismo, ya que, en su propio equipo, hay varios jugadores negros… Ni siquiera esa Comisión, como digo, es capaz de castigar a los que insultan a todos los españoles con toda la alevosía y publicidad del mundo. Ni siquiera lo harán para tapar el escándalo y el ridículo que hemos hecho en el mundo. Marearán la perdiz. No harán nada. Ni siquiera cerrarán el Estadio Nou Camp. No son capaces.
Si se habrá ido lejos que ni siquiera habrá un juez capaz de aplicar el artículo 543 del vigente Código Penal que castiga “las ofensas o ultrajes de palabra, por escrito o de hecho a España, a sus Comunidades Autónomas, o a sus símbolos o emblemas efectuados con publicidad”. No lo habrá.
Con Cataluña y con el País Vasco ya no hay solución. Incumplen las leyes de todos, no acatan las sentencias de los tribunales de todos y, encima, sólo viven para insultar al resto de españoles en sus símbolos.
Solo queda, por tanto, asumir la derrota y darles la independencia. Con todas sus consecuencias. No pasará nada. Pero nadie nos volverá a insultar y seremos una nación respetada. Nunca más España tendrá que cuidarse de su propia España.
La Tarántula