Los indigentes empiezan a marcharse a la periferia ante la presión que sufren en el centro de Madrid
(04-05-15) La presión que ejercen en ocasiones policía, vecinos y comerciantes y la gran cantidad de indigentes concentrados en la misma zona ha llevado a este colectivo a apartarse del kilómetro cero y sus alrededores, tal y como han confirmado a 20 minutos fuentes policiales y de distintas ONG que trabajan diariamente con estas personas.
Esta situación ya fue reflejada también en la última memoria del Samur Social (dependiente del Ayuntamiento). “Se comienza a producir una nueva realidad, consistente en un proceso de ubicación de las personas sin hogar en distritos de la periferia”, señala el documento.
Los lugares más frecuentados por los ‘sin techo’ son el entorno del Carrefour Market de Aluche (Latina), el entorno de Peña Gorbeo (Puente de Vallecas), la calle Minerva y San Cipriano (Vicálvaro), entorno del mercado de Orcasitas (Usera) o el aeropuerto Adolfo Suárez (Barajas).
“Recibimos llamadas a diario de vecinos y comerciantes que nos dicen que hay gente tumbada o pidiendo. Cuando llegamos simplemente les decimos que no pueden estar ahí y se van sin problemas. No son personas violentas ni quieren líos”, señalan fuentes de la policía municipal (legalmente no los pueden echar porque los ampara la Constitución). “Hace ya un tiempo que se ha producido un trasvase de personas sin hogar del centro a la periferia que tiene mucho que ver con el factor saturación y la presión social”, señala Enrique Cuesta, responsable del proyecto con personas sin techo de la organización Acción en Red.
“El centro está muy masificado. Hay personas que se están marchando a la periferia porque creen que es más fácil buscarse la vida. En el centro es más complicado empatizar con la gente debido a que es un constante ir y venir de personas. En la periferia, sin embargo, la gente es más cercana y resulta más sencillo establecer vínculos”, explica. Jesús Santín, técnico de atención a personas sin hogar de la ONG Solidarios.org, asegura que a los comerciantes les molesta especialmente la presencia de estas personas: “En la reuniones que hemos tenido para hablar sobre la famosa norma de convivencia que el Ayuntamiento pretendía sacar lo primero que preguntaban era por el régimen sancionador en lugar de intentar establecer unas normas de convivencia”.
“En mi caso, por ejemplo, soy lotera en la Puerta del Sol. Me veo obligada a llamar todos los días a la policía porque hay gente tumbada en las puertas de mi negocio”, asegura Paloma de Marcos, presidenta de los comerciantes de Sol y Preciados.
El otro elemento que explica este fenómeno es la ubicación de nuevos albergues en zonas de la periferia: “La tendencia del Ayuntamiento en los últimos tiempos ha sido colocar los albergues en la periferia. Hablamos de estructuras con cierta capacidad ubicadas a una distancia prudente de núcleos residenciales. De esta forma, las personas sin hogar que residen en estos albergues se suelen quedar por la zona”, dice Cuesta, que pone como ejemplo el centro de acogida Juan Luis Vives (Vicálvaro) y el Pinar de San José (Latina).
El Ayuntamiento realizó el pasado 11 de diciembre el VII recuento de personas sin hogar en Madrid capital en colaboración con varias entidades sociales. En total, se contabilizaron 764 personas esa noche en estricta situación de calle, lo que supone un 38% más de personas que en 2009 (553), año desde el que la cifra no ha parado de crecer.
La información recabada concluye además que la mayoría de los contactados son hombres (75,8%), que la nacionalidad que prima es la española (44,8%) y que la edad media es de 45 años. Los datos también reflejan que el 53% de los encuestados ha sufrido agresiones en alguna ocasión.
Este recuento, que se realiza cada dos años, no contabiliza “los asentamientos urbanos, como las chabolas de rumanos gitanos, o los pisos ocupados”, destaca Santín.
Según cálculos de distintas ONG, en la capital habría unas 3.000 personas sin hogar. El Ayuntamiento, sin embargo, ha destinado este año 2.060 plazas en albergues para la campaña del frío 2014-15, por lo que un millar de personas se habrían quedado sin cama en instalaciones municipales en este periodo.