El desatino político del PP se empieza a mostrar en todo su esplendor y ahora el enemigo es Ciudadanos en lugar de Podemos
(30-03-15) El Partido Popular anda más confundido que la Paloma de Alberti. Por ir al norte, está yendo al sur y sigue creyendo que el calor es la nevada. No sabe por dónde tirar. Su desorientación ideológica y su falta de estrategia política empieza a ser supina.
En la campaña andaluza, el malo era Podemos. Lo dijo Arriola, punto pelota. La palabra de Rajoy sobre la recuperación económica era casi palabra de dios. No se admitían consideraciones ajenas. Por la recuperación económica hacia la victoria electoral. Pero no podía estar más equivocado. ‘La economía, estúpido’, esta vez no era la clave, como lo fue en aquellas elecciones de Clinton. Los tiempos han cambiado. Ahora, al menos en España, si das a elegir entre lo económico y lo social, ganará siempre lo social. Lo que quiere oír la calle es que se le hable de temas sociales. Es tiempo de política, estúpido. Pero se impuso un mensaje en el que no cayó y, si cayó, no creyó el gran Arriola.
Como es natural, el mal resultado del PP en esas elecciones andaluzas ha abierto un debate interno sobre cómo afrontar los comicios de mayo. El miedo es libre.
¿Y si el mensaje económico no cala? ¿Y si la cerrazón política del partido le está pasando factura? ¿Y si estuviésemos en uno de los momentos políticos más importantes de la democracia y en el PP no quedan políticos?
Tal vez sea un poquito de todo. El caso es que en ese vaivén ideológico y de planificación en el que el PP anda sumido, el enemigo ya no es Podemos. El enemigo es Ciudadanos. Vaya. Si sale con barbas San Antón y si no la Purísima Concepción. Qué desatino.
Y, claro, para luchar contra las posiciones políticas de Ciudadanos ya no puede uno acudir a apocalípticos argumentos. Entre otras cosas, porque Ciudadanos, en el fondo, es el hijo pródigo del PP.
¿Y eso como se combate ideológicamente? Complicado. Ciudadanos es el PP moderno. Esperanza Aguirre no hace más que decirlo y no hay peor cuña que la de la misma madera.
Y la improvisación se vuelve a imponer en Génova. Que la lucha política la hagan los alcaldes y cada uno a su manera. Guerra de guerrillas contra Ciudadanos. El mundo al revés. El grande ataca al chico con técnicas guerrilleras.
Los genios políticos de Génova quieren ahora que el peso político deben llevarlo los alcaldes. Los alcaldes que han sido los grandes olvidados. Los desheredados del partido. Los últimos monos. En la Comunidad de Madrid, aún no están siquiera nombrados todos los candidatos y de las listas ya hablaremos tras la Semana Santa por expreso deseo de un señor que ha descubierto que en las fotos europeas sale más guapo.
El desbarajuste es total. Tanto que se prevé que muchos ‘barones’ territoriales y muchísimos alcaldes estén ya pensando, en sus campañas, huir de las fotos con los miembros del Gobierno, que mucha gente sigue asociando a los “recortes” que se han tomado a lo largo de la legislatura y que Rajoy pensaba que eran la salvación.
Pero mientras arrojan a los alcaldes a los tiburones, esos genios de Génova se niegan a entregarles toda la libertad y les exigen que también hablen de la recuperación económica que han propiciado las medidas de Rajoy; de los tres millones de empleos que dicen que se van a crear en la próxima legislatura y de la estabilidad que representa el PP. Siguen creyendo que esa es la clave. ‘Defendella y no enmendalla’, como decía aquel personaje de ‘Las Mocedades del Cid’ de Guillén de Castro. Viva Numancia.
Su razonamiento es que la gente sabe diferenciar entre unas elecciones y otras, y en las municipales van a primar la gestión de los alcaldes, aparcando a un segundo plazo ese “voto de castigo” o ese “cabreo” con el PP, aunque hay que seguir recordando el trabajo de Rajoy de cara a las generales. No se puede ser más antiguo.
Y además, todo el mundo a la calle. Hay que hacer campañas personalizadas a pie de calle. “Hay que hacer calle, calle y calle”.
A falta de ideas políticas, asalto al ciudadano en plan pordiosero intelectual: “dame algo”. Dame alguna idea.
Que desastre.
La Tarántula