La derrota sin paliativos del PP en Andalucía empieza a oler a conspiración contra Rajoy
(24-03-15) Todo indica que pintan bastos en la sede central del PP. La derrota en Andalucía escuece por prevista y por no haber sido capaz de impedirla. Y, aunque las primeras reacciones han tratado de justificar al Presidente del PP no han convencido a nadie. Existe un gran malestar entre las filas del partido de la derecha española y más bien antes que después se dejará notar. Se avecina tormenta. Hay mucha gente que cree que se ha perdido una oportunidad única.
De hecho, la gran mayoría de los barones territoriales no quiso asistir ayer al Comité Ejecutivo Nacional pese a que estaba convocado hacía cinco días. Faltaron a la cita de ‘Génova’ gente tan importante como Juan Vicente Herrera (Castilla y León), Pedro Sanz (La Rioja), Ignacio González (Madrid), Alberto Núñez Feijóo (Galicia), Alberto Fabra (Comunidad Valenciana), Alberto Garre (Murcia), José Antonio Monago (Extremadura), Juan José Imbroda (Melilla), Luisa Fernanda Rudi (Aragón), Ignacio Diego (Cantabria) y José Ramón Bauza (Baleares). Y esto es muy significativo. Ninguno de ellos ha querido escuchar las explicaciones de Rajoy con la cantinela de siempre.
Ninguno ha querido volver a oír hablar de la teoría del Presidente y sus allegados. Esa que asegura que la recuperación iba a calar en la sociedad y que la ciudadanía terminaría volcándose con el Gobierno. Todos saben menos él que Rajoy es visto como el presidente de los recortes, del SMS a Bárcenas, de la nulidad en comunicación y del desprecio a la prensa y, por ahora, prefieren callar.
¿Puede permitirse el PP seguir teniendo a Rajoy como candidato cuando se ha visto en Andalucía que sus tesis no calan?
Llegados a este momento, ¿Rajoy suma o resta?
¿Qué ocurrirá en el PP si el voto de castigo sigue en las municipales y autonómicas?
La respuesta huele a conspiración en ciernes.
Aznar ya recriminó a Rajoy, en su día, el vaciado de contenido ideológico del partido que había llevado a cabo. Rajoy se cabreó. Pero esa falta de ideología está siendo muy mala, electoralmente hablando.
Y Aguirre ya le ha dado un toque: “Juan Manuel Moreno no ha sido capaz de superar el estigma de su nombramiento a dedo”. Y ha añadido, “no se puede ocultar que, desde noviembre del 11, las encuestas no paran de decir que no tenemos contento a nuestro electorado. Muchos piensan que se va arreglar con el arreglo de la situación económica, que no lo discuto, pero yo creo que no todo es la economía. El PP tendría que haber cambiado las leyes ideológicas que aprobó el Gobierno de Zapatero, y no lo ha hecho”.
Y es que hay muchos que piensan, como Aguirre, que el pragmatismo marianista está saliendo caro. El aborto, las víctimas del terrorismo, la incapacidad para sumar tendencias o para modernizar el partido, la tecnocracia pura y dura y el desdén por la política como tal han sido un error de base. Hasta para asignar candidatos ha habido errores graves. Y eso lo empieza a pagar el PP.
La subida de impuestos, aunque esquivase el golpe del rescate, era una vía de agua en la línea de flotación de los votantes del PP. La campaña de la izquierda contra los recortes sociales ha sido incapaz de contrarrestarla. Ese empeño por mantener el IVA cultural era un constante grifo abierto por donde se le escapaban votos. El Caso Gürtel, siendo la quinta parte del caso de los EREs, ha ligado al PP a la corrupción y Rajoy no ha sabido contrarrestarlo. Y ese afán por bunkerizarse en Moncloa lo está pagando con creces.
Por eso, y aunque el mismo Rajoy ha dicho que será el candidato en las generales, el PP empieza a preocuparse seriamente. Porque mucho han de cambiar las cosas para que las previsiones cambien.
La Tarántula