El Brujo Arriola asegura que el PP sigue mandando en las encuestas, digan lo que digan los demás, pero el que se la juega es Rajoy
(12-01-15) Si hubiese que hacer una película sobre la vida de Pedro Arriola, el ‘brujo demoscópico’ del PP, habría que titularla “Arriola, ese Hombre”, a causa del poder que tiene en el partido de la calle Génova. Nadie, dicen, manda más que este politólogo en las sede del PP. Ni nadie, dicen, cobra más. Y el caso es que nunca se presentó a unas elecciones. Pero algo tendrá el agua cuando la bendicen…
El caso es que suele acertar en sus predicciones. No se sabe cómo lo hace pero suele acertar. Hace encuestas, tiene experiencia, sabe mover los datos y saca conclusiones. Así de fácil. Y como, cualquier visionario, sus conclusiones mueven los hilos del PP. Es una máxima asumida en todos los grupos, en todos los pueblos y en todas las culturas. Y el caso, insisto, es que acierta.
Total que, ahora, en la reunión de Toledo, Arriola expuso su análisis basado en sus últimas encuestas y llegó a la conclusión de que el fenómeno Podemos se está exagerando y que no se debe dar por hecho que la intención de voto a esa formación se vaya a traducir en papeletas cuando llegue la hora de las urnas.
La teoría de Arriola es que el movimiento de Pablo Iglesias afecta a la recomposición electoral de la izquierda pero no al voto de derechas. El problema del PP es que le vuelva a votar buena parte de su electorado que se ha refugiado en la abstención.
La clave ante los próximos comicios, según este poderoso gurú, es trabajar para seguir siendo la primera formación y beneficiarse de que el PSOE de Pedro Sánchez, obsesionado por la competencia por su izquierda, sea incapaz de disputarle a los populares el espacio de centro.
Pese a la última encuesta de Metroscopia para EL PAÍS, que coloca al PP con un 19% como tercer partido, Arriola está convencido, y así se lo trasladó a la cúpula del Partido en Toledo, de que siguen en cabeza, aunque admite el poderío de Podemos.
El gran problema sigue siendo que el PP no tiene dificultades para pactar y, aunque ganase, podría sufrir una debacle y perder buena parte de sus feudos simbólicos, entre ellos Madrid y la Comunidad Valenciana.
Por eso, el partido se va a poner en marcha ya, pero ya, para intentar recuperar espacio y superar al menos el 30%, umbral mínimo a partir del cual creen que pueden salvar algunos muebles.
El elemento clave de la campaña del PP es, por tanto, la “estabilidad”, la seguridad de lo ya conocido y también la continuidad, con la confianza de que los ciudadanos empiecen en algún momento a percibir la mejoría económica y eso haga recuperar puntos a la marca PP que en este momento, nadie lo niega en privado, está por los suelos.
Y eso es todo. Para Pedro Arriola, la solución es fácil. Y Mariano Rajoy se la cree a pie juntillas. El problema está en si se lo cree el aparato. Y, fundamentalmente, la base del partido en donde, hasta ahora, cundía el desánimo.
Por otra parte, los candidatos a encabezar las principales listas en Madrid capital y Comunidad, así como en las grandes ciudades madrileñas, están desorientados y a tres centímetros del cabreo puro y duro.
Nadie entiende como se ha podido esperar tanto para llegar a estas conclusiones. Consideran que esta tardanza en mostrar la filosofía de la campaña puede convertirse en el Parto de Los Montes que les lleve a un valle de lágrimas.
Entonces, pese a mandar Arriola, todos mirarían a Mariano Rajoy.