El Portal de Transparencia del Gobierno de la Nación tiene un cierto aire al del Gobierno de Pozuelo
(11-12-14) La entrada en vigor de la necesaria Ley de Transparencia y, lógicamente, de la puesta en marcha del Portal de Transparencia como medida ejemplar y sinóptica de la Vicepresidenta Sáenz de Santamaría para recuperar la confianza de los ciudadanos en la política tiene, a primera vista, lecturas contradictorias.
Para empezar, hay que recibirlo con alborozo. Nunca la Administración del Estado se había desnudado de esta manera. La web www.transparencia.gob.es muestra cerca de 530.000 datos sobre políticos, altos cargos, administraciones, subvenciones y contratos públicos, etc, y eso está muy bien. Lo que pasa es que yo esperaba otra cosa. Me estoy volviendo muy exigente. O muy cascarrabias.
Y es que, cuando se habla de transparencia, uno no puede quedarse a medias. No. No puede quedarse. O se desnuda uno hasta la línea roja de los temas de materia reservada o lo demás es un quiero y no puedo bienintencionado y buenista.
¿Y en qué no me convence o, mejor, me defrauda, a espera de analizar mejor la esperada web?
Me defrauda en que es un portal de transparencia al estilo de la web del Ayuntamiento de Pozuelo. Muchos datos pero muy complicados de acceder a ellos. Y eso, hoy, es clave. Uno no se puede sentar frente a ese o a cualquier portal de internet como si fuese un explorador del ciberespacio y perder horas y horas buscando un tema. Que está, por otra parte, pero que no es fácil llegar a él. Y la transparencia es precisamente lo contrario. Que se pueda encontrar lo que se busca fácilmente. No todos los ciudadanos somos expertos en este tipo de acciones.
Como supongo que los expertos de Moncloa se dieron cuenta enseguida de la dificultad, permiten que se solicite una información concreta a través de un botón ad hoc. Y ahí viene otra pega. Y gorda. Incluso, discriminatoria. Y, en cualquier caso, frustrante. Porque, al hacer la petición, el portal obliga a la identificación del usuario mediante un abanico de medios diferentes. A los listos que saben buscar no se les pide nada. A los torpes se nos pide que nos identifiquemos. Y eso no es justo. Con el aclarado, además, de que el portal no garantiza que tu solicitud tenga respuesta. Aquí también hay silencio administrativo.
También debe tenerse en cuenta que los datos que se exhiben solo pertenecen a 2014. La retroactividad de la Ley es aplicada en todo su rigor.
En definitiva, tengo la sensación de que tras un diseño limpio y aparentemente ordenado no parece esconderse un gran caudal de datos que no fueran ya de dominio público.
La Transparencia que yo defiendo es más cuestión de actitud que de leyes y de portales transparentes. Pueden ponerse a disposición del contribuyente todos los portales de transparencia que se quieran pero, si los dirigentes políticos no tienen claro lo que significa desnudarse, todo seguirá igual. Se pondrán trabas o se pedirán requisitos o vaya usted a saber… Para terminar, normalmente, diciendo que ese dato o ese documento no se tiene. O, peor, con un no te lo quiero dar porque existe eso que se llama silencio administrativo y me permite negártelo. En definitiva, complicándole la vida al ciudadano.
Lo tenemos a diario en el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón. De hecho, este portal de transparencia del Gobierno de España, como dije más arriba, tiene un cierto aire al portal de transparencia del Gobierno de Pozuelo. Y no era eso. No. No era eso.
Los portales de datos abiertos de otros Gobiernos, como el de EEUU o Reino Unido, ofrecen una navegación más intuitiva y un lenguaje más asequible para el ciudadano medio. Además de un catálogo de datos disponibles considerablemente superior y en formatos reutilizables.
En resumen que ando algo defraudado. Espero que se pongan las pilas y corrijan estas y otras cosas a toda leche.
Yo, al menos, esperaba otra cosa.