Álvaro Ballarín, el concejal de Aravaca, tiene fecha de caducidad política tras la caída de Ruíz Gallardón
(15-10-14) El concejal del Ayuntamiento de Madrid Álvaro Ballarín, que preside la Junta Municipal de Monclo-Aravaca aunque se haya olvidado de Aravaca, ha empezado a caer en desgracia. Al parecer, con la dimisión de Alberto Ruiz Gallardón, sus días están contados en la política. A partir de ahora, aseguran, le van a sacar a buscar las cosquillas. Así es la política.
Y la primera es que lleva, al menos tres años, haciendo un uso excepcionalmente abundante de los contratos calificados administrativamente como menores, que, por no superar los 18.000 euros, pueden concederse a dedo y están sujetos a menor vigilancia jurídica, según denuncia El País.
La Junta Municipal de Moncloa, porque de Aravaca se preocupa poco, cuadruplica la media de contratos menores efectuados por los 21 distritos de la capital, según los datos a los que ha tenido acceso dicho diario.
En 2013, por ejemplo, la Junta que preside Ballarín firmó 328 contratos menores, cuando la media de los 21 distritos madrileños fue de 80, y algunos, como Usera o Chamberí, no superaron los 35.
El líder municipal de UPyD, David Ortega, considera que “los contratos menores deben estar perfectamente justificados”. “De lo contrario”, añade, “son una puerta abierta, cuando menos, a la arbitrariedad del político de turno. Y en el caso del distrito de Moncloa, el número de contratos menores es preocupante por excesivo”.
“Esperamos explicaciones convincentes de Álvaro Ballarín sobre por qué recurrió a contratos menores para sus óperas, troceando su coste y esquivando controles. Recordamos que la Ley de Contratos sólo permite excepciones en este tipo de espectáculos si se acude a un contrato negociado sin publicidad, que tiene más controles”, concluye Ortega.
Esta fórmula permitió a Ballarín, por ejemplo, dividir en 54 contratos el montaje de la ópera Falstaff, representada los días 20 y 28 de diciembre de 2013 y 4 de enero de 2014 en el Centro Cultural de Moncloa, y el 15 de enero en la Universidad Complutense.
El espectáculo le costó al Ayuntamiento 85.151 euros. En lugar de encomendar la organización de todo el evento o de cada una de sus partes (orquesta, coro, vestuario, etcétera) a una empresa, Ballarín contrató uno a uno a todos los participantes, desde los solistas hasta el último figurante.
Llos contratos menores son relativamente habituales en el Ayuntamiento. En 2011, los 21 distritos sumaron en total 3.028, de los que 483 correspondieron a Moncloa (tres veces más que la media); en 2012, fueron 1.558 en total y 270 en Moncloa (cuatro veces más que la media); en 2013, 1.679 en total y 328 en Moncloa (cuatro veces más que la media).
Estos contratos sirven habitualmente para compras puntuales y de cuantía moderada; en 2014, por ejemplo, Moncloa cerró uno por 116 euros para calendarios, y otro de 1.097 para sobres.